Diplomático y escritor británico. Embajador en la corte de Carlos IV, fue expulsado por las exigencias francesas, pero volvió tras la ocupación napoleónica. Al trasladarse a Sevilla la Junta Suprema, fue el personaje de mayor relieve en dicha ciudad, hasta que en marzo de 1810 fue sustituido como embajador inglés por Enrique Wellesley
(Aurich, 1819-Berlín, 1885) Médico alemán. Realizó su labor, de gran importancia, como patólogo, según queda reflejada en una de las obras que escribió sobre la clínica de las hepatopatías, así como también en una monografía acerca de la diabetes