Cantante de ópera italiano. En 1965 debutó en el Teatro experimental de Spoleto con La Bohème, interpretando a Colline. Desde entonces se ha labrado una exitosa carrera como barítono-bajo, con un extenso repertorio de obras, como Don Giovanni de Mozart o Don Carlos de Verdi. También ha participado en óperas filmadas, como la versión de Don Giovanni (1979) de J. Losey y Carmen (1983) de F. Rossi. De su faceta como escenógrafo cabe citar Il Barbiere di Siviglia, para la ópera de Nancy, en 1992
(Jules Muraire César Raimu; Toulon, 1883 - Neuilly-sur-Seine, 1946) Actor de teatro y cine francés. Sus primeros pasos en el mundo del espectáculo fueron como actor de revista y de music-hall, hasta que se consolidó como uno de los nombres más representativos del teatro francés después de deambular por los escenarios más diversos del país. Un paso importante fue el aceptar el personaje de César en la obra teatral de Pagnol, Marius, para el montaje realizado a finales de los años veinte. El ambiente portuario de Marsella aflora en la historia gracias a un reparto vigoroso, popular, abundante de recursos, que afianzó la popularidad del actor
Por este éxito llegó al cine definitivamente, después de unas efímeras presencias en películas de los años diez. La versión para la pantalla de Marius (1931), dirigida por Alexander Korda con la supervisión del propio Pagnol, consagró al César Olivier, un personaje muy de la calle, simpático y dispuesto a echar una mano. Está película fue la primera de una trilogía que se completó con Fanny (1932), de Marc Allégret, y César (1936), dirigida por Pagnol. El tono campechano y la gran humanidad que ofreció en este personaje fue una garantía para abordar otros similares –alcalde, panadero, etc.- que le propusieron directores como Julien Duvivier (Carnet de baile, 1937) o el propio autor teatral Marcel Pagnol (El pan y el perdón, 1938; Tempestad de almas, 1940).
A lo largo de su carrera la comedia, el melodrama o los mundos fantásticos sirvieron de escenarios para dar una mayor dimensión a diálogos abroncados, situaciones fuera de tono, momentos turbios y otros más sosegados. Algunas de las mejores imágenes que ofreció Raimu estuvieron en trabajos de directores como Maurice Tourneur (Le gaietés de l’escadron, 1932), André Berthomieu (Le secret de Polichinelle, 1936; La casta Susana, 1937), Jean Grémillón (L’étrange Monsieur Victor, 1937), Sacha Guitry (Las perlas de la corona, 1937) o Henri Decoin (El gran cínico, 1942), interpretaciones de desigual fortuna. La fuerza de Raimu -de sus personajes-, inevitablemente dominó el reparto que le acompañó en casi todas sus películas. Trabajó hasta poco tiempo antes de su muerte