Familia reinante de Marruecos. Eran los cherifes de Tafilete, que se suponían descendientes del yerno de Mahoma, Alí. Poniendo fin al caos reinante durante los últimos cincuenta años de la dinastía saadiana, Muley Rachid se apoderó de Fez y se proclamó sultán en 1660; en diez años los alauitas se apoderaron del resto de Marruecos, aunque en realidad su autoridad directa se limitaba al territorio conocido como Bled el-Maghzen, quedando unos dos tercios del país, el Bled el-Siba, en manos de tribus no sometidas.
De los primeros sultanes cabe destacar a Muley Ismail , organizador del reino; Mohammed ben Andallah (1757-90), que lo abrió al comercio europeo; Muley Suleimán (1792-1822), bajo cuyo reinado culminó la influencia británica en la zona; y Muley Abd el-Rahmán (1822-59), que luchó sin éxito contra la penetración colonial francesa y española en el norte de África.
Muley Abd el-Aziz Ibn el-Hassán (1894-1908) marca la decadencia de la dinastía por su mala administración y por permitir que Marruecos se convirtiera en campo de batalla entre las aspiraciones imperialistas de las grandes potencias. La exaltación de los movimientos xenófobos fue utilizada como pretexto por Francia para una primera ocupación parcial en 1900-1903. En 1904, Francia, Gran Bretaña y España pactaron abiertamente el reparto colonial del país; pero Alemania, que hasta entonces no había demostrado interés por Marruecos, lo utilizó como pretexto para intentar el aislamiento diplomático de Francia: en 1905 el emperador Guillermo II desembarcó en Tánger, proclamó que su país estaba dispuesto a defender la independencia del sultán y reclamó la reunión de una conferencia internacional para solucionar el conflicto.
La Conferencia de Algeciras (1906) solucionó temporalmente el contencioso, limitando las aspiraciones coloniales de Francia y estableciendo sobre Marruecos un control internacional; en los años siguientes, sin embargo, no cesarían las tensiones entre las potencias y sus intromisiones en Marruecos. La toma de Udjda por los franceses precipitó una revuelta tradicionalista encabezada por el hermano del sultán, Hafiz, quien se hizo proclamar sultán en Marraquesh en 1907; protegido por los franceses, Abd el-Aziz resistió hasta 1908, retirándose luego a Tánger hasta su muerte en 1943.
Muley Hafiz (1908-12) también hubo de solicitar más tarde la ayuda de Francia para sofocar la revuelta de Bu Hamara (1909); la intervención de tropas francesas en Fez y en Mequinez fue interpretada por Alemania como una ruptura del pacto de equilibrio, a la que respondió con el envío de una cañonera a Agadir (1911). El «incidente de Agadir» se solucionó compensando a Alemania con territorios en el Congo, a cambio de que permitiera a Francia apoderarse de Marruecos. Por presiones de Gran Bretaña, que prefería impedir el control francés sobre el estrecho de Gibraltar, se desgajó de Marruecos la zona del Rif, en el norte, concedida como protectorado a España (además del enclave de Ifni, en el sur); sobre el resto de Marruecos se constituyó, ya oficialmente, un protectorado francés (1912).
El gobernador francés, Lyautey, hizo abdicar a Hafiz en favor de su hermano Yusuf; vivió exiliado en Francia hasta su muerte en 1937. Muley Yusuf (1912-27), si bien reconocido como sultán, fue privado de toda autoridad, en beneficio de las autoridades coloniales francesas y españolas. El poder efectivo sólo volvería a los alauitas con la independencia de Marruecos, lograda bajo el sultán Mohammed V (1927-61), padre del rey actual, Hassán II (1961-1999)
(Larrinoa, España, ?-Salamanca, 1537) Arquitecto español. Se formó con Juan Gil de Hontañón, de quien aprendió las formas góticas características de la época de Los Reyes Católicos. Se supone que hacia 1502 realizó un viaje a Italia, donde conoció los motivos decorativos típicos del Renacimiento, que después aplicó en sus obras. Así, con estructuras góticas y profusa decoración renacentista, sobre todo a base de grutescos, realizó algunas de las obras maestras del plateresco, en particular la fachada principal de la catedral de Plasencia y el convento dominico de San Esteban en Salamanca, cuya fachada es una de las más espectaculares de la arquitectura española. Comenzó el claustro de la catedral de Santiago de Compostela, finalizado por Rodrigo Gil de Hontañón, y en Salamanca se ocupó de la capilla de la universidad y de la dirección de las obras de la catedral nueva