Compositor, organista y poeta alemán. Primo y discípulo del compositor H. Schütz. Fue uno de los creadores del lied alemán. Dejó ocho colecciones de canciones a una y varias voces. Su música, de estilo barroco, impuso en Alemania la monodia italiana
(Génova, 1404-Roma, 1472) Arquitecto, teórico del arte y escritor italiano. Alberti fue, con Leonardo da Vinci, una de las figuras más representativas del ideal del hombre del Renacimiento, ya que reunió en su persona todos los conocimientos y habilidades de la época: erudito, humanista, escritor, arquitecto, escultor, pintor, cortesano y hombre de mundo.
Hijo natural de un mercader florentino, se educó en Padua y Bolonia, antes de trasladarse a Roma en 1432 para desempeñar un cargo en la corte pontificia. Su contacto en Roma con los monumentos de la Antigüedad clásica dio pie a uno de sus primeros escritos: Descriptio urbis Romae (1434), primer estudio sistemático de la Roma antigua. Ese mismo año regresó a Florencia, donde trabó amistad con los grandes artistas del momento, de Brunelleschi a Donatello y Masaccio. A Brunelleschi dedicó precisamente su tratado Della pintura (1436), en el que se describen por primera vez las leyes de la perspectiva científica, además de dar una visión naturalista del arte de la pintura.
En Florencia, Alberti trabajó como arquitecto para la familia Rucellai, con obras como el palacio Rucellai y el templete del Santo Sepulcro, que basan la belleza en la exactitud geométrica de las proporciones. En la primera de estas obras, Alberti combinó la geometría con la superposición de los órdenes clásicos, creando un modelo muy imitado de palacio renacentista. También se le debe la fachada de la iglesia gótica de Santa Maria Novella, en la que unió el característico taraceado de mármoles toscano a la sugestión de las figuras geométricas.
En Roma, adonde se trasladó por deseo expreso del papa Nicolás V, redactó De re aedificatoria, un completo tratado de arquitectura en todos los aspectos teóricos y prácticos. Posteriormente se desplazó a Rímini, donde construyó el Templo Malatestiano, y a Mantua, donde se le deben las iglesias de San Sebastián y San Andrés. Estas obras, que constituyen la síntesis de sus criterios arquitectónicos, se convirtieron, junto con las de Brunelleschi, en los grandes modelos del arte constructivo renacentista. También escribió un tratado sobre la escultura (De statua) y algunas obras de perspectiva y matemáticas