Cuarto califa musulmán (La Meca, h. 602 - Kufa, 661). Era primo de Mahoma, con cuya hija Fátima se casó. Formó parte del grupo fundacional del Islam, pero a la muerte del profeta no consiguió imponerse como sucesor; tuvo que esperar al asesinato del tercer califa, Otmán, en 656, para ser elegido. No obstante, concitó una amplia oposición, encabezada por la viuda del profeta, Aisa, y por los seguidores de Otmán (agrupados alrededor de su primo Muhawiya, gobernador de Siria).
La lucha contra sus enemigos le fue favorable, pero tras la indecisa batalla de Siffin (657) aceptó un acuerdo que permitía a Muhawiya mantenerse en Siria. Aquella concesión decepcionó a muchos de sus partidarios, que le abandonaron y formaron la secta de los jariyitas, eligieron su propio califa y lograron implantarse en Irak y en Persia. Muhawiya, por su parte, consiguió entonces derrocar a Alí y proclamarse califa, inaugurando la Dinastía Omeya.
Alí fue asesinado por un fanático jariyita en la mezquita de Kufa; pero sus descendientes (empezando por su hijo Husain) siguieron siendo considerados por sus partidarios como legítimos herederos de Mahoma, en cuyo nombre se opusieron a los Omeyas y, más tarde, a los Abasidas. Esta disidencia dio lugar al cisma de los chiítas o alíes, que dividió para siempre al Islam
(Tebelen, c. 1744-Ioannina, 1822) Bajá de Ioannina, sometió Albania, Epiro y parte de Tesalia. En 1819 se declaró independiente en el N de Grecia, pero fue vencido y muerto por los turcos