Rey de Castilla y de León . Era hijo primogénito de Fernando III, a quien sucedió en 1252. Ya como infante realizó importantes labores, como la conquista del Reino de Murcia (1241) o la paz con Jaime I de Aragón, que conllevó el matrimonio de Alfonso con su hija Violante
Impulsó la Reconquista tomando plazas como Jerez, Medina-Sidonia, Lebrija, Niebla y Cádiz (1262). Hizo frente a una sublevación de los musulmanes de sus reinos, promovida por los reyes de Granada y Túnez (1264). Repobló Murcia y la Baja Andalucía. E incluso continuó el avance frente al Islam pasando al norte de África, al enviar una expedición a Salé (1260). Otra parte de sus esfuerzos hubo de dedicarlos a reprimir rebeliones interiores, como la protagonizada por el infante Enrique y varios nobles (1255), la que se produjo en Vizcaya (1255) o la que encabezó el infante Felipe (1272)
Alfonso X el Sabio
Alfonso era hijo de Beatriz de Suabia, circunstancia que le hizo aspirar a la coronación imperial de Alemania, logrando la elección en 1257 con el apoyo de Sajonia, Brandeburgo, Bohemia y varias ciudades italianas. La oposición del papa hizo fracasar finalmente el empeño -en el que triunfó Rodolfo de Habsburgo-, renunciando Alfonso en 1276. Este llamado «fecho del Imperio» fue muy impopular en Castilla, pues exigió dinero y hombres que -unidos a los gastos de la corte y a las continuas guerras- crearon dificultades financieras, que obligaron a reducir la ley de la moneda y a crear nuevos impuestos.
Durante una de las ausencias del rey por el asunto del Imperio, los benimerines de Marruecos desembarcaron en Algeciras (1272); en la lucha contra aquella campaña murió el infante Fernando de la Cerda, heredero del trono, antes de que su hermano Sancho consiguiera rechazar a los musulmanes. Posteriormente los benimerines derrotaron a una flota castellana en el estrecho de Gibraltar (1278), obligando a Alfonso a pactar una tregua
Alfonso provocó con sus contradicciones un conflicto sucesorio: había promulgado las Partidas, según las cuales debía sucederle el hijo mayor del difunto Alfonso de la Cerda; pero al morir éste prefirió declarar heredero en 1278 a su segundo hijo, Sancho IV, siguiendo la tradición castellana (quizá para evitar un enfrentamiento inmediato con éste). Un intento posterior de hacer al infante de la Cerda rey de Jaén provocó la rebeldía de Sancho, quien buscó apoyo en Aragón y Portugal (mientras que Francia apoyaba a los de la Cerda) y se hizo reconocer por unas Cortes reunidas en Valladolid, que depusieron a Alfonso (1282). Éste, confinado en Sevilla, buscó apoyo en el rey benimerín; pero murió antes de haberse enfrentado con Sancho. En su testamento desheredaba a Sancho y reconocía como sucesores a los Infantes de la Cerda, dando así motivo para nuevas disensiones
La obra de Alfonso X el Sabio
(Salamanca, 1311-Gibraltar, 1350) Rey de Castilla y León (1312-1350). Hijo de Fernando IV y de Constanza de Portugal. Accedió al trono al año de nacer y hasta su mayoría de edad (a partir de 1325) se sucedieron las discordias por el control de la regencia entre don Felipe, don Juan el Tuerto y don Juan Manuel, quienes se dividieron el reino. Sus excelentes dotes de regencia y su gran pericia militar se manifestaron en la ocupación del estrecho de Gibraltar, llevada a cabo tras la victoria del Salado (1340), en la que contó con la ayuda de los reyes de la Corona de Aragón y Portugal, y en la conquista de Algeciras (1344). Su participación en la guerra de los Cien Años le supuso la ampliación del comercio de la lana y la conquista de nuevos mercados en Flandes. Reforzó la autoridad real mediante la supresión de las hermandades y el control de la nobleza. Casó con María de Portugal, de quien tuvo a su sucesor, Pedro I, y a la que relegó a un segundo plano para mantener la preeminencia de su favorita, Leonor de Guzmán, con la cual tuvo diez hijos, entre ellos Enrique II de Trastámara, futuro rey de Castilla, y el infante don Fadrique