Primer rey de Portugal. En 1111 heredó el condado de Portugal de su padre, Enrique de Borgoña, al cual se lo había cedido su abuelo materno, Alfonso VI de Castilla. Desde 1128 se rebeló contra la tutela de su madre y del rey castellano, haciendo que su tío Alfonso VII le reconociera como conde independiente en 1137. Tras sus victorias contra los musulmanes en la frontera sur (batalla de Ourique, 1139) se hizo proclamar rey e instaló su corte en Guimarães, al norte del país; Alfonso VII reconoció al reino de Portugal por el Tratado de Zamora (1143), al cual siguió el reconocimiento papal en 1179. En 1145 fundó la orden de Aviz. Prosiguió la Reconquista contra el Islam, tomando Santarem, Lisboa (1147), Beja (1162) y Évora (1165); y aunque durante unos años la frontera se estancó ante los ataques de los almohades (1170-84), al morir Alfonso Enríquez Portugal tenía ya la extensión actual a falta sólo de conquistar el Algarve (que quedaría incorporado en el siglo xiii)
(cerca de Trípoli, 1103-Cesarea, 1148) Conde de Tolosa (1112-1148). Hijo de Raimundo IV y de Elvira de Castilla, mantuvo enfrentamientos con el duque de Aquitania y el conde de Barcelona. Fue excomulgado en dos ocasiones