Emperador bizantino (1282-1328). Hijo de Miguel VIII Paleólogo, quien le asoció al poder en 1273. Heredó un imperio arruinado por la política expansionista de su padre, lo que le obligó a reducir el ejército y a confiar la defensa por mar a sus aliados genoveses. Perdió territorios en los Balcanes ante los serbios y los búlgaros y para defenderse de los turcos, quienes le habían arrebatado casi toda Asia Menor, recurrió a los servicios de los almogávares. Éstos se enemistaron al poco tiempo con Andrónico y con su hijo, el coemperador Miguel IX, y, tras el asesinato de su jefe Roger de Flor (1305), saquearon el imperio. Rechazó la unión de las Iglesias de Oriente y Roma aprobada en el Concilio de Lyon de 1274 y sustituyó al patriarca Juan Becco, favorable a la unión, por el anterior, José I. Mantuvo una guerra desde 1321 con su nieto Andrónico III, quien le obligó a abdicar en 1328
(Yuri Vladimirovich Andropov; Nagutskaia, Cáucaso, 1914 - Moscú, 1984) Máximo dirigente de la Unión Soviética entre 1983 y 1984. Hijo de un ferroviario, estudió ingeniería y se integró como funcionario en el Partido Comunista de la Unión Soviética. Sus primeros empleos fueron diplomáticos, destacando su presencia como embajador en Budapest en 1956; fue uno de los organizadores de la intervención militar soviética que reprimió la revolución húngara que había llevado al poder a Imre Nagy en aquel año.
El régimen premió su fidelidad y su eficacia en aquel cometido, encargándole de dirigir las relaciones entre la Unión Soviética y los países socialistas del este de Europa entre 1957 y 1967. Su ascenso político fue espectacular: miembro del Comité Central del Partido desde 1961, secretario del Comité Central desde 1964, miembro del Politburó desde 1967. En aquel año pasó a dirigir la KGB, a cuyo frente se mantendría hasta 1982.
A la muerte de Brezhnev, Andropov fue elegido para sustituirle como secretario general del Partido Comunista (1982) y como jefe del Estado soviético (1983). Orientó su política en un sentido reformista, tratando de aligerar el peso de la burocracia y de revitalizar la economía y la administración del país, gravemente estancada durante la era Brezhnev; sin embargo, problemas de salud le mantuvieron apartado de la actividad política y murió sin haber realizado reforma alguna en los 15 meses que duró su poder