Gimnasta soviético. Dotado de unas excelentes facultades, a las que unía una minuciosa preparación, fue uno de los mejores exponentes de la escuela soviética y artífice del final del dominio japonés de la década de 1970. A lo largo de su carrera olímpica, iniciada en los Juegos de Munich de 1972 y finalizada en los de Moscú de 1980, consiguió siete medallas de oro, cinco de plata y tres de bronce, convirtiéndose en el gimnasta que más medallas ha logrado en la historia de los Juegos Olímpicos.
En 1970 se incorporó al equipo nacional soviético como suplente. Dos años más tarde consiguió llegar a los Juegos de Munich, donde ganó su primera medalla de oro en los ejercicios de suelo, bronce en el salto de caballo y plata en la competición por equipos. En Montreal sólo la brillante actuación de Nadia Comaneci impidió que se erigiera en indiscutible figura de la gimnasia, ya que recogió nada menos que cuatro medallas de oro (suelo, salto de caballo, anillas y clasificación general), dos de plata (barras paralelas y equipos) y una de bronce (caballo con arcos).
Asestó al japonés Sawao Kato su primera derrota en la prueba general después de dos victorias consecutivas, poniendo fin a la racha de tres medallas de oro del Japón en dicha prueba. Además, introdujo el doble mortal planchado en la prueba de los ejercicios del suelo.
Después de ganar el título general en las ediciones de 1975 y 1977 de la Copa del Mundo, así como el Campeonato Mundial de 1978, estaba ansioso por competir en su propio país, en los Juegos de Moscú de 1980. Tenía ya 28 años, y como siempre, Andrianov demostró su excelencia. Se llevó las medallas de oro en el potro y en la prueba combinada por equipos, dos platas en la clasificación general y ejercicios de suelo, y un bronce en la barra fija, con lo que acumuló un total de 15 medallas en tres ediciones de los Juegos Olímpicos.
(Dolac, 1892 - Belgrado, 1975) Novelista yugoslavo de origen bosnio, premio Nobel de literatura en 1961 y uno de los más grandes escritores de su país. Hijo de una familia croata de Sarajevo, luego de estudiar en la capital bosnia y en diversas universidades (Viena, Zagreb, Cracovia), formó parte de la Mlada Bosna, organización patriótica de inspiración socialista, por lo que fue encarcelado por las autoridades austro-húngaras y pasó en prisión la Primera Guerra Mundial. Regresó a Belgrado en 1921 y en el período de entreguerras fue diplomático del recién creado estado yugoslavo.
Permaneció apartado en la capital serbia durante la ocupación nazi, período en el que escribió las tres novelas que le harían famoso, Crónica de Travnik, El puente sobre el Drina y La señorita. El inicio de su trayectoria literaria se produjo dentro de la tradición croata, con diversos libros de poemas como Ex Ponto (1918) e Inquietudes (1920), así como el de relatos, El viaje de Alija Serzelez (1920).
Desde el comienzo de su producción, se interesó por la peculiar diversidad cultural, religiosa y humana de Bosnia, así como por su historia abigarrada y cargada de influencias, invasiones, alternativas y dramas. Es el caso particularmente de El puente sobre el Drina, su más célebre y traducida novela, una crónica que arranca con la construcción en 1566, por encargo de Mehmed Bajá, del puente de Visegrad (ciudad en la que vivió el autor), que será testigo, víctima y juez, morada y refugio de los conflictos y ambiciones humanos de la ciudad y sus pobladores hasta la primera guerra europea, constituyéndose en paradigma de lo sucedido en toda Bosnia y, en cierto sentido, en los Balcanes en general.
Tampoco Crónica de Travnik tiene protagonista individual alguno, sino que actúa como tal la ciudad misma y su geografía, sus grupos sociales y religiosos, inmersos en una peripecia constituida por los acontecimientos históricos de las dos primeras décadas del siglo XVIII: las reformas turcas, las guerras napoleónicas, las tramas de las potencias, el pueblo llano.
La señorita se desarrolla en Sarajevo, y esta vez sí es la peripecia personal y psicológica de una rica solterona, lo que sirve de eje a la narración, aunque también tiene como telón de fondo hechos históricos, en este caso, el asesinato del archiduque de Austria con que se iniciaría la Primera Guerra Mundial. Escribió también varios volúmenes de relatos, entre ellos, Nuevos cuentos (1948), Casa en soledad (1976), así como las novelas El elefante del visir (1948), El patio maldito (1954) y la inacabada Omer pas(a Latas (1976). Entre sus ensayos pueden destacarse Conversación con Goya (1935) y Sobre el cuento y la narración (1961)