Rey de Siria (223 a.C.-187 a.C.). Tras una enérgica campaña entre el 210 y el 205 a.C., logró devolver al reino de los seléucidas su antigua extensión, y convertirlo en una de las principales potencias asiáticas. Aprovechó con habilidad la guerra entre Filipo V de Macedonia y los romanos para tener las manos libres y atacar Egipto, pero su posterior implicación en Tracia acabó enfrentándolo con Roma. Aconsejado por Aníbal, que se había refugiado en su corte, decidió iniciar la guerra contra los romanos, pero no lo hizo de la manera que el cartaginés le propuso: formando una gran coalición. Así, su expedición a Grecia, en el 192 a.C., fue vencida cerca de las Termópilas, mientras que su flota sufría una derrota tras otra frente a las escuadras romana y rodia. En el 190 a.C., un poderoso ejército romano, mandado por Escipión, aplastó a las principales fuerzas de Antíoco en Magnesia, obligándole a aceptar una paz muy dura. Entre las condiciones de la misma estaba la entrega de Aníbal a los romanos, pero el cartaginés la evitó al huir a Bitinia
(c. 397-319 a.J.C.) General macedonio. Fue lugarteniente de Filipo y de Alejandro, quien le legó el gobierno de Macedonia (c. 397-319 a.J.C.). Mantuvo la unidad del imperio hasta su muerte. Fue sucedido por Poliperconte