Historiador y crítico de arte español. Desde niño vivió en Sevilla, donde comenzó la carrera de Derecho, que abandonó para estudiar la de Filosofía y Letras, rama Historia, en la cual se doctoró en Madrid. Más tarde amplió sus estudios de arte en la Universidad de Madrid.
Ligado al Museo del Prado desde 1922, formó parte de la comisión catalogadora de sus obras, mientras preparaba la cátedra de Historia del Arte. Desde 1941 a 1946 fue conservador adjunto a la Dirección, y desde el mismo 1941, miembro del Patronato. En 1963 pasó a ocupar el cargo de vicepresidente del Patronato y años después, en 1968, fue nombrado director del Museo, cargo que abandonó en 1970.
Ingresó en la Real Academia de la Historia en noviembre de 1942 y en la Real Academia de San Fernando en 1956. En noviembre de 1976 fue elegido director de la Real Academia de la Historia, cargo que quedó vacante por la muerte de Jesús Pabón y Suárez de Urbina. Reconocido a nivel internacional, dio numerosas conferencias en diversas universidades de Europa, Estados Unidos y Canadá. Fruto de su labor investigadora son los numerosos trabajos publicados en revistas especializadas españolas y extranjeras, y sus trabajos monográficos.
Cabe destacar, entre ellos, La orfebrería en Sevilla (1925), La escultura en Andalucía (1927), Bautista Antonelli. Las fortificaciones americanas del siglo XVI (1942), Historia del Arte Hispanoamericano (1945-50), en colaboración con E. Marco y M. Buschiazo, Velázquez (1960), Cuarenta dibujos españoles (1966) y Richard Ford en Sevilla (1963), en colaboración con B. Ford. Su último trabajo, Murillo, su vida, su obra, su arte, publicado en 1979, fue premio Elie Faure del Institut de Picturologie de París en 1982
(s. XVII) Escritor español. Tomó la defensa de Góngora con motivo de la polémica suscitada por las Soledades. Es autor de la Égloga fúnebre a D. Luis de Góngora de versos entresacados de sus obras (1638)