Rey de los hunos , pueblo estepario originario de China, que llegó a Europa tras la destrucción de su imperio en el Turkestán (?, h. 395 - Panonia, 453). Heredó el trono de su padre hacia el año 434, conjuntamente con su hermano Bleda. Pero pronto se deshizo de éste asesinándole, dando comienzo su reinado en solitario en el 445.
En aquel momento, el poder de los hunos, asentados en Panonia (la actual Hungría), se extendía desde el mar Caspio hasta los Alpes; y se basaba en un ejército compuesto en gran parte por germanos, en el que figuraban consejeros romanos (Orestes) y griegos (Onegesies). Atila lanzó primero sus ataques contra el Imperio Romano de Oriente, al cual sometió al pago de gravosos tributos: en 441-43 llegó hasta las puertas de la capital, Constantinopla; y en 447-49 recorrió los Balcanes hasta Grecia.
Posteriormente, sus expediciones se dirigieron contra Occidente. En el 451 invadió la Galia, incitado por el rey vándalo Genserico a atacar el reino visigodo de Tolosa; tras arrasar Metz y asediar Orléans, fue derrotado en la batalla de los Campos Cataláunicos (cerca de Troyes) y hubo de retirarse.
En el 452 invadió el norte de Italia, arrasando Aquileya, Milán y Padua; las poblaciones aterrorizadas huyeron de las ciudades y se refugiaron en las montañas o en las lagunas del Adriático, momento del que data la fundación de Venecia. El emperador romano de Occidente, Valentiniano III, parecía a punto de sucumbir ante el empuje de Atila; fue el papa León I quien detuvo la invasión, pactando con el huno su retirada a cambio de pagarle un tributo. Atila se retiró nuevamente a Panonia, en donde murió víctima de un ataque de apoplejía en su noche de bodas.
El poderío que Atila había aportado a los hunos, unificando las tribus y lanzándolas a audaces empresas de conquista, desapareció tras su muerte; a las disensiones internas se añadió la peste, que dejó diezmados a los hunos frente al ataque germánico encabezado en el 454 por Arderico, el cual destruyó el imperio del hijo y sucesor de Atila, Elac, y forzó su marcha hacia la zona del Volga. En lo sucesivo, los hunos no volverían a amenazar Europa, e incluso se convirtieron en un bastión que la protegió de la amenaza de los mogoles
(Seudónimo de Gerardo Murillo; Guadalajara, 1875 - ciudad de México, 1964) Pintor y escritor mexicano. En su ciudad natal realizó sus primeros estudios de pintura con el académico Felipe Castro. Más tarde se trasladó a la ciudad de México para estudiar la preparatoria y Bellas Artes; estuvo becado por Porfirio Díaz como estudiante de pintura. Después viajó a Roma, donde realizó estudios universitarios de Filosofía y Derecho. Poco después, Leopoldo Lugones lo bautizaría con el apodo de Doctor Atl, tomando la palabra "Atl", del lenguaje nahuatl, cuyo significado es ´agua´.
Al regresar a México en 1903, trajo consigo un gran entusiasmo por la pintura renacentista, el neoimpresionismo y el fauvismo. Comenzó a impartir clases en la Academia de San Carlos de la ciudad de México, donde tuvo como alumnos a Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. En 1910 organizó una exposición que celebraba el centenario de la independencia.
Viajó luego a París, y con una gran facilidad también para las letras, fundó el periódico Action d´ Art, en el que difundía el sentido social que entrañaban los acontecimientos mexicanos. En 1911 se desplazó a Italia, donde estudió vulcanología, y fue la curiosidad intelectual por este tipo de elementos naturales lo que lo llevó más tarde, en 1942, al nacimiento del volcán Paricutín. Para registrar el fenómeno elaboró apuntes y pinturas que expuso posteriormente en Bellas Artes; en 1950 publicaría el libro Cómo nace y crece un volcán: el Paricutín, considerado hoy una joya bibliográfica.
Caminante infatigable, fue un gran paisajista, escaló frecuentemente el Popocatepetl y el Iztaccíhuatl; además de los volcanes, fueron los árboles y las montañas modelos para sus pinturas (siguiendo una línea fauvista-impresionista), con un manejo monumental del espacio, lleno de fuerza y vigor, y horizontes curvados en busca de amplitud y movimiento. Inició entonces lo que llamamos aeropaisaje, es decir, conjuntos geográficos tomados desde las alturas.
Creó la técnica que se llamaría "Atl-Color": tintes secos o a la resina que imprimía sobre papel, tela o roca; con esta técnica pintó un friso de ninfas con guirnaldas floridas y unos cuadros de grandes dimensiones que representan volcanes para un filántropo de Puebla y para decorar una cafetería de la calle 16 de Septiembre de la ciudad de México. Se dedicó también a la literatura: sus Cuentos de todos colores, con temas de la Revolución, lo consagraron como uno de los mejores narradores de esa etapa histórica, en parte por el atinado uso del habla popular. En sus relatos es recurrente el tema de la justicia. Donó casi toda su obra plástica al Instituto Nacional de Bellas Artes.