Historiador francés. Enseñó en las Facultades de Letras de Aix, Montpellier, Poitiers y, de 1885 a 1922, desempeñó en la Universidad de París la cátedra de Historia de la Revolución francesa. Desde 1888 dirigió la revista La Révolution française, que desarrolló un importante trabajo de renovación e investigación sobre este terna.
Su contribución personal a esta clase de estudios es muy vasta: dirigió la imponente colección de documentos contenida en el Recueil des Actes du Comité de Salut public (26 vols., 1889-1924); realizó investigaciones sobre L´éloquence parlementaire pendant la Révolution française (3 volúmenes, 1882-85); escribió sobre Danton (1884), sobre La Révolution française et le régime féodal (1919) y sobre el Christianisme et la Révolution (1925).
Su obra más importante es la Historia política de la Revolución francesa (1901-1902), que lo revela historiador exacto, diligente, informado, pero poco capaz de recoger de un modo sintético los resultados de la investigación realizada. Junto a su actividad como historiador hay que recordar la de periodista (fue miembro del partido radical y colaboró en La Justice, L´Ere nouvelle, La Dépêche, Le Quotidien), de crítico (Essai sur les idées philosophiques et l´inspiration poétique de G. Leopardi, 1887, derivado de su tesis sobre Leopardi de 1877); y en fin, de traductor, no carente de dotes literarias y de pericia filológica (Poésies et oeuvres morales de Leopardi, 3 vols., 1880)
(Gaetana Aulenti; Palazzolo dello Stella, 1927) Arquitecta italiana. Cursó sus estudios en la Politécnica de Milán, donde se graduó en 1954. Tras doctorarse, ejerció la docencia en las facultades de Venecia (1960-1962) y de Milán (1964-1967). Durante tres años trabajó en el estudio del arquitecto italiano Luca Roncini. En 1974 entró a formar parte del consejo de dirección de Lotus Internacional.
Especialista en el acondicionamiento interior y exterior de edificios históricos, entre sus trabajos más importantes cabe destacar la reforma del Museo d´Orsay, en París (1980-1986), que fue considerado como uno de los trabajos más importantes de la década por la Unión Internacional de Arquitectos, la del veneciano Palazzo Grassi (1985) y la del Museu d´Art de Catalunya, en Barcelona (1985)