Dramaturgo, poeta y novelista francés. Tras completar sus estudios trabajó hasta los treinta años como escribano de una notaría, y en 1930 se estableció en París donde se desempeñó como periodista de Le Journal y Le Petit Parisien. Entró en la literatura participando en un concurso de poesía convocado por Jean Paulhan. Su primera antología poética, L´Empire et la Trappe, suscitó considerable interés. Después siguieron Race des hommes (1937), Des tonnes de semence (1941), Toujours (1944) y Remparts (1953), obras que intentan devolver la forma y la retórica a la poesía, después del huracán surrealista.
Las mejores cualidades de Jacques Audiberti como poeta, más allá de un simbolismo muchas veces didáctico, son su franca sensualidad y su áspera ironía. Volvemos a encontrarlas, acompañadas de una virtuosista mezcolanza de estilos, también en sus novelas: Abraxas (1938), Cent jours (1947), Le maître de Milan (1950), Les jardins et les fleuves (1956), hasta su último trabajo narrativo, Las tumbas cierran mal (Tombeaux ferment mal, 1963).
Pero el género literario con el que pudo mostrar mejor sus cualidades y dar una expresión más cumplida a los temas que más le obsesionaban fue ciertamente el teatro. Estrenó por primera vez en 1946 con la obra Quoat-Quoat, a la que siguieron, por citar sólo las obras más significativas, El mal corre (Le mal court, 1947), su mayor éxito y, ciertamente, su obra más acertada, La fête noire (1948), Les naturels du Bordelais (1953) y Opéra parlé (1956), antes de dejar sitio a un "divertimento" exclusivamente delirante con La fourmie dans le corps (1961).
Hacia los años cincuenta se le consideraba, junto con E. Ionesco, A. Adamov, S. Beckett y J. Genet, entre los iniciadores del teatro del absurdo. "Mi teatro -declaró Audiberti durante una entrevista- no tiene nada de nuevo ni de provocativo. Siempre he tratado el mismo argumento: el conflicto entre el bien y el mal, entre el alma y la carne", que puede convertirse en la lucha entre el paganismo y el cristianismo, entre la vida organizada y las misteriosas fuerzas negativas de la especie o entre la aspiración a lo absoluto y los compromisos de el sistema constituido. Son comedias construidas sin ninguna preocupación por la trama, muchas veces ilógica y arbitraria, y que obtienen toda su fuerza de una brillante fantasía verbal, a punto de desembocar de vez en cuando en el "pastiche" estilístico, en el delirio lírico, en el juego irónico o en la invención barroca
(Louisiana, 1780-Nueva York, 1851) Pintor, dibujante y grabador estadounidense. Discípulo de David en París, abandonó el arte del retrato para dedicarse por entero a la ilustración de obras científicas, en especial de ornitología. Realizó un gran número de planchas de aves de gran precisión y refinada policromía (Las aves de América, 1830)