Médico neurólogo francés. Dio nombre a varias de las enfermedades nerviosas que estudió (entre ellas, el "signo de Babinski" y el "síndrome de Babinski-Frölich"), y fue uno de los creadores de la neurocirugía
De padres polacos, estudió en la escuela polaca de Batignolles en París, y luego fue médico interno al servicio de Cornil en el Hôtel-Dieu (1879) y jefe de la clínica de Charcot en la Salpetrière (1884). Se doctoró en 1885 con una tesis sobre la esclerosis en placas (La Sclérose en plaques). Después, desde 1886, fue médico en diversos hospitales, pero su carrera se desarrolló en la Pitié, que se convertiría en centro de la nueva neurología.
Efectivamente, en sus investigaciones se ocupó fundamentalmente del estudio de las enfermedades del sistema nervioso (cerebro, cerebelo y médula espinal), que en la época eran conocidas con el nombre común de "histeria". Una de ellas era la parálisis de origen neuronal, que él diferenció de los daños orgánicos del cerebro y la médula, y cuyos resultados publicó en Démembrement de l´yhstérie traditionnelle (1909, Desmembramiento de la histeria tradicional).
Así, en 1896 identificó el "fenómeno de los dedos del pie" o "signo de Babinski", una alteración de los reflejos de la planta del pie, que consiste en la extensión de los dedos cuando lo normal sería la flexión (su origen está en lesiones del haz piramidal); los resultados fueron publicados en el artículo de apenas veintiocho líneas "Sur les reflexes cutanésplantaires dans certaines affections organiques du systême nerveux central" ("Sobre los reflejos cutaneo-plantares en algunos daños orgánicos del sistema nervioso central")
También, en 1900, dio su nombre a un síndrome endocrino adiposo-genital, la "enfermedad de Babinski-Frölich", en cuyo examen fue ayudado por un farmacólogo austriaco, Alfred Frölich. Otros estudios suyos en la misma línea de investigación del sistema nervioso trataron sobre la catalepsia cerebral, el equilibrio estático y el equilibrio cinético, el vértigo voltaico (sus tests, "pruebas de Babinski-Weill", permitían descubrir lesiones del cerebelo), la asinergia cerebral, la adiadococinesia, la paraplejía espasmódica con origen en la médula espinal, la ataxia (exageración de los reflejos de defensa) y las lesiones bulbares unilaterales ("síndrome de Babinski-Nageotte").
Fue también uno de los iniciadores de la neurocirugía, que dio a conocer en La Section de la branche externe du spinal dans le torticolis dit mental (1907, La sección de la rama externa del espinazo en el tortícolis llamada mental) y en La Crâniectomie décompressive (1911, La craneoctomía descompresiva). Trató de recurrir a los reflejos de defensa para localizar una lesión y su alcance: así, en 1911, Lecène operó un tumor allí donde Babinski había señalado.
Se ayudó de la electroterapia (Sur le traitement de la néuralgie faciale par les courants voltaïques à intensité élevée, "Sobre el tratamiento de la neuralgia facial por las corrientes voltaicas de intensidad elevada", de 1908), y también de la radioterapia (De la radiothérapie dans les sciatiques, "De la radioterapia en las ciáticas", de 1908) y de la oftalmología (estudió los problemas pupilares durante las crisis gástricas y en los casos de aneurisma de aorta, la desaparición de reflejos pupilares en los enfermos de sífilis, y la atrofia de los nervios ópticos en los enflaquecimientos). Impulsó a Clovis Vincent y T. de Martel a profundizar en la neurocirugía. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en el liceo Buffon en la curación de daños en el sistema nervioso, y tuvo importante responsabilidad en cuestiones médico-militares.
(Szekszard, 1883 - Budapest, 1941) Escritor húngaro. Durante su infancia estuvo en el colegio de los cistercienses de Pécs; luego estudió letras en la Universidad de Budapest, y, a partir de 1905, fue profesor de segunda enseñanza en varias ciudades de provincia y, finalmente, en la misma capital, donde, en 1916, abandonó esta ocupación para dedicarse por completo a la actividad literaria.
De temperamento estudioso, vivió una existencia muy retirada y se reveló ya como notable autor en sus primeras composiciones, publicadas en 1907 en una antología de líricos de vanguardia (Holnap). En sus años juveniles se acogió a los estilos y géneros más variados, que reproducía y elaboraba con gran pericia; luego empezó a manifestarse cada vez más claramente el parentesco de su personalidad poética con las de Swinburne, Browning y, sobre todo, János Arany.
Sea como fuere, los primeros volúmenes de Mihály Babits (Hojas de la corona de Iris, 1909, y Príncipe, quizá también llegará el invierno, 1911) fueron acogidos desfavorablemente por la crítica conservadora, que los consideró como manifestaciones del mismo espíritu "subversivo" de que se había culpado a su gran contemporáneo Endre Ady. Sin embargo, Babits, a lo sumo, únicamente podía ser comparado a él por un deseo común de librar a la literatura húngara de la monotonía propia del siglo y por la semejanza de la concepción trágica de ambos poetas respecto al destino magiar.
Babits, sin embargo, no poseía una personalidad polémica, y solamente la guerra mundial, que él condenaba en absoluto, le indujo a adoptar una posición definida. Durante el conflicto de 1914-1918 tradujo a Dante y Shakespeare, así como el ensayo de Kant sobre la Paz eterna, en tanto su poesía (Recitativo, 1916; El valle de la inquietud, 1920) adquirió un carácter cada vez más filosófico y se centró en torno a la desoladora experiencia de la crisis espiritual de un mundo abocado a la ruina por un sórdido materialismo.
La felicidad de su matrimonio (1921) dio libertad, aun cuando sólo por algún tiempo, al grave pero contenido "pathos" de su lírica; muy pronto, sin embargo, se refugió el autor en la soledad de su torre de marfil. En las poesías aparece progresivamente acentuado su carácter de católico sincero, fe en la cual halló consuelo durante el largo período de sufrimientos provocado por un cáncer de laringe, de fatales resultados.
Sus estudios sobre la literatura húngara y los dos volúmenes de la Historia de la literatura europea figuran entre las mejores obras del género; de sus novelas destacan El hijo de Virgilio Timar (1922) y Los hijos de la muerte (1927). Muy notable como traductor, su versión de la Divina Comedia obtuvo en 1940 el premio San Remo