General y aviador italiano. Realizó sus estudios en la Universidad de Florencia y posteriormente en el Instituto de Ciencias Sociales de Roma. Durante la Primera Guerra Mundial participó en el conflicto como oficial del ejército de tierra italiano en la campaña de los Alpes contra el ejército austro-húngaro, obtuvo por méritos propios el grado de capitán y logró además tres condecoraciones por su valor.
Tras el tratado de Versalles y en vista del poco provecho que para Italia supuso su firma, Italo Barbo inició su colaboración con el movimiento fascista de Benito Mussolini. En 1922 participó en la denominada Marcha sobre Roma, al frente de la misma y al lado de Mussolini. El partido fascista obtuvo el gobierno de Italia de manos del rey Victor Manuel III tras esa prueba de fuerza.
Italo Balbo participó de manera significativa (desde los puestos de responsabilidad que Mussolini le designó, como parte del llamado cuadrumvirato) en la progresiva implantación del régimen fascista en todas las facetas de la vida italiana. Fue importante su papel en la milicia de los Camisas Negras, pero sobre todo en la fuerza aérea italiana y en el ministerio del Aire.
En este último desarrollo su labor entre 1927 y 1933; primero como subsecretario de estado para la Aeronáutica y luego como ministro desde el 12 de septiembre de 1930. Sustituyó en el cargo de ministro al propio Mussolini, quien, junto con la jefatura del gobierno, había asumido también ese ministerio, y vio en Italo Balbo su hombre de confianza para tal puesto.
Sin embargo, con el paso del tiempo fue percatándose de los perjuicios que ocasionaba a Italia el régimen fascista. Balbo cambió paulatinamente de posición hasta llegar prácticamente a una oposición total con el régimen fascista y supo prever, aunque sin oponerse a la decisión tomada por Mussolini, el desastre que para Italia suponía intervenir, desde 1940, en la Segunda Guerra Mundial, tal como el Conde Ciano, yerno de Mussolini y ministro italiano de asuntos exteriores, dejó reflejado en su diario personal
Como as de la aviación, Italo Balbo planificó y llevó a cabo una serie de vuelos a larga distancia, raids, de los que estaban en boga en su época. El gobierno de Mussolini vio en este tipo de expediciones una forma propagandística para dar a conocer en el mundo la valía humana y tecnológica italiana de la época, que se presentaban así como logros del fascismo, tal y como él mismo presentó en varios discursos en la cámara de diputados y en otros escritos.
En la aplicación práctica de tales ideas, la Regia Aeronautica desarrolló un fuerte impulso por cuestiones de prestigio. En 1925 y 1927 se desarrollaron vuelos de un solo avión hasta Japón y luego a América del Norte y del Sur. La contribución a la aviación de Italo Balbo fue la organización y desarrollo de tales vuelos en escuadrillas completas en lugar de aviones en solitario; supervisó y organizó tres de estos raids, que supusieron la culminación de la aportación italiana en este tipo de vuelos
El primer vuelo fue el que efectuó una escuadrilla de 61 hidroaviones de varios tipos: una travesía por el Mediterráneo occidental que supuso en total 2804 kilómetros de vuelo realizados entre el 26 de mayo el 2 de junio de 1928, casi dos años antes de su nombramiento como ministro. En 1929, entre el 5 y el 19 de junio, se repitió la experiencia en el Mediterráneo oriental, con una escuadrilla más reducida de 35 hidroaviones, de los que la mayoría eran el modelo S 55 de la casa SIAI.
El 17 de diciembre de 1930, tras una muy planificada preparación de las tripulaciones realizada en la base de hidroaviones de la localidad de Orbetello, iniciaron el vuelo desde esta base 14 hidroaviones modelo SIAI S 55 TA (Travesía Atlántica) con destino a la ciudad brasileña de Río de Janeiro. El 15 de enero amerizaban en las playas de la ciudad 11 de los 15 aparatos, después de un vuelo de 61 horas divididas en siete etapas. El propio presidente de Brasil en la época, Getulio Vargas, recibió a los miembros de la expedición. Ésta se consideró como un éxito pese a la pérdida de 4 aparatos, uno en la Guinea portuguesa, y otros tres con graves daños en diferentes amerizajes. Hubo un total de 5 tripulantes muertos, cuatro en el primer aparato y el quinto en uno de los amerizajes
La culminación de esta expediciones se efectuó años más tarde, aunque la idea nació en Italo Balbo en 1928 al realizar un viaje a los Estados Unidos. El 1 de julio de 1933, también desde Orbetello y tras una preparación aún más completa que la realizada para la expedición anterior, partieron 25 hidroaviones SIAI S 55X para realizar el vuelo Italia-Estados Unidos-Italia. La primera etapa era Amsterdam y desde allí, tras perder un hidroavión en un accidente, se dirigió la escuadrilla a Irlanda para dar comienzo a la travesía del Atlántico, realizada en dos etapas: Londonderry (Irlanda del Norte)-Reykjavik (Islandia, por entonces territorio danés) y desde allí a Cartwright, en la península del Labrador.
Pese a las inclemencias meteorológicas, la preparación de las tripulaciones para el vuelo instrumental en el entrenamiento realizado en Orbetello permitió su llegada divididos en escuadrillas de tres aparatos. Desde Cartwright se dirigieron a Nueva York, donde tuvieron un gran recibimiento, y desde allí hasta Chicago en otras dos etapas hasta llegar a la ciudad el 15 de julio, tras fondear en el lago Michigan. El 19 iniciaban el regreso a Italia, vía Terranova; desde allí se dirigieron a las islas Azores y a Lisboa, donde se perdió otro aparato, y finalmente a la ciudad italiana de Ostia, adonde llegaron el 19 de agosto. El 20, Benito Mussolini nombraba a Italo Balbo mariscal del aire
Pasada la gloria de las grandes expediciones aéreas, Italo Balbo fue enviado en 1934 a Libia como gobernador y realizó numerosos vuelos entre Libia e Italia. Con Italia ya metida en la Segunda Guerra Mundial, Italo Balbo realizó inspecciones rutinarias del frente. A su regreso en avión a Tobruk de una de esas inspecciones, la defensa anti-aérea italiana confundió su avión con uno británico y lo derribó, causando su muerte
(Jerez de los Caballeros, España, 1475 - Acla, actual Panamá, 1519) Descubridor español. De origen gallego y linaje incierto, es probable que fuera hijo del hidalgo Nuño Arias de Balboa y de una dama de Badajoz.
En 1501 emprendió su primer viaje con la expedición de Rodrigo de Bastidas a través de las islas del Caribe que pertenecen a la actual Colombia (Santa Marta, Cartagena y golfo de Urabá o Darién). Permaneció en La Española, pero no tuvo suerte en ella y se vio obligado a abandonarla.
En 1508, Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa crearon dos nuevas gobernaciones en las tierras comprendidas entre los cabos de la Vela (Venezuela) y de Gracias a Dios. A la más oriental denominó Nueva Andalucía, y a la situada al oeste del golfo de Urabá, Castilla del Oro. Un año más tarde huyó de sus acreedores de Santo Domingo y se embarcó como polizón en la expedición mandada por Enciso que salía al encuentro de Fernando Alonso de Ojeda, quien había fundado el establecimiento de San Sebastián de Urabá, en Nueva Andalucía, dejando en él a un grupo de hombres al mando de Francisco Pizarro.
Poco después de su llegada, Balboa adquirió popularidad entre sus compañeros gracias a su carisma y a su conocimiento de la tierra. Más tarde, el regimiento se trasladó a Darién, donde Balboa fundó en 1510 el primer establecimiento permanente en tierras continentales americanas, Santa María de la Antigua del Darién. Elegido alcalde, envió emisarios a Nicuesa invitándolo a establecerse como gobernador en la Antigua, pero éste consideró el gesto como una intromisión y encabezó una misión de castigo contra Balboa, pero éste venció, y Nicuesa fue abandonado a su suerte en un barco que se perdió en el mar.
En 1511, Balboa obtuvo el cargo de gobernador; movido por el propósito de descubrir el mar del que hablaban los indígenas, se internó en el continente y el 25 de septiembre de 1513 culminó una de las mayores hazañas de la conquista española de América, el descubrimiento del Mar del Sur, nombre que dieron entonces al océano Pacífico.
Tras la llegada de Pedrarias Dávila, el nuevo gobernador, Balboa conservó los cargos de adelantado de la Mar del Sur y gobernador de Panamá y Coiba, y emprendió la exploración de la costa pacífica. Al tener noticias de que su suegro iba a ser sustituido, regresó a Acla para prestarle apoyo, pero Pedrarias lo acusó de conspirar contra la Corona, y el descubridor fue juzgado, condenado a muerte y ejecutado en Acla