Geógrafo y explorador prusiano. Hombre de grandes inquietudes intelectuales y dotado de un especial talento para la geografía, llevó a cabo su primera expedición entre 1850 y 1855, cuando realizó un viaje por Sudán acompañado de Richardson y Overweg, quienes perecieron en la empresa. Durante este viaje recorrió el Sahara, entre Trípoli y el Chad, el Uadai, el Barguimi y toda la zona central de Sudán, desde el lago Chad hasta Tombuctú. Utilizó las notas sobre sus descubrimientos y las peripecias del viaje para escribir la obra en cinco volúmenes, publicada entre 1857 y 1858, Viajes y descubrimientos en el norte y centro de África. Sus exploraciones fueron las de mayor valor científico junto con las de los ingleses Mungo Park a lo largo del Níger, John H. Speke, descubridor de los lagos Victoria y Tanganica, y Livingstone y Stanley, que exploraron el África ecuatorial y austral
(Cambridge, 1930) Novelista, cuentista, crítico y ensayista estadounidense cuyo estilo paródico, satírico y complejo en las construcciones narrativas se inserta en el movimiento posmoderno surgido en Estados Unidos en la década de 1960
Creció en Maryland, se graduó en la Universidad Johns Hopkins en 1952, enseñó en la de Pensilvania y luego pasó a la de Nueva York, como profesor de inglés. Sus dos primeras novelas, La ópera flotante (1956) y Fin del camino (1958), son aún obras de corte realista, más o menos convencionales dentro de los postulados modernos, pobladas por personajes que arrastran el sin sentido de sus vidas, la falta de utilidad de sus acciones, así como sus relaciones con otras personalidades menos conscientes.
Con la novela El plantador de tabaco (1960) abandonó la estética anterior, utilizando el lenguaje no como reflejo de la realidad o de la historia en desarrollo, sino como parodia del estilo de la novela inglesa del siglo XVIII, mediante el empleo de la sátira, la burla y la picaresca para describir los personajes y el ambiente de la época en Maryland. Las posibilidades virtuales de la computación e Internet influyeron en su nueva estética.
Su libro de cuentos Perdido en la casa encantada (1968) se considera el documento artístico de la literatura posmoderna: uno de los relatos, por ejemplo, consiste en una página con señales para que el lector la corte con una tijera, construyendo así su propia historia. El cuento que da título al libro es una fábula de espejos donde el lector percibe la ambigüedad de la historia narrada.
En 1972 publicó el volumen Quimera, en el que prosigue sus juegos metaficcionales de comentarios dentro de la propia narración, y en 1978, una novela experimental, Letters. En la década de 1980 volvió a una forma más ortodoxa de narrar, de la que son ejemplos la novela Sabático (1982) y el volumen The Tidewater Tales (1987)