Neurólogo británico. Está considerado como uno de los fundadores de la neurología clínica inglesa
(Sevilla, hacia 1465 - Santiago de Cuba, 1527) Navegante y conquistador español. En 1500, asociado a Juan de la Cosa, organizó una expedición hacia el Nuevo Mundo. Descubrió la desembocadura del río Magdalena y fundó el puerto de Darién (Cartagena de Indias). En 1524, contando con la autorización del emperador, se dirigió desde Santo Domingo a Tierra Firme, donde fundó la ciudad de Santa Marta, de la que fue gobernador. Tras la sublevación de los colonos decidió regresar a Santo Domingo, pero, durante su viaje de vuelta, una tempestad le arrastró a la isla de Cuba, donde pereció
Rodrigo de Bastidas debió de nacer en Sevilla hacia 1465, pues en el pleito de Tapia de 1509 declaró tener 32 o 33 años. Ejerciendo de escribano en Triana, se despertó su interés por los descubrimientos indianos. El 4 de junio de 1500 capituló con la Corona un viaje de descubrimiento y rescate. Se asoció con unas veinte personas para reunir los 377.547 maravedises que le costó la expedición. Fletó dos bajeles y partió desde Cádiz a finales de septiembre de 1501.
Acompañado del cartógrafo Juan de la Cosa, Bastidas siguió la ruta del tercer viaje colombino y arribó a la costa venezolana; recorrió en ella la zona ya descubierta por Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa y Vespucio en 1499-1500, y luego la península de la Guajira hasta el Cabo de la Vela. A partir de este punto siguió hacia occidente y se convirtió con ello en el descubridor de toda la costa atlántica colombiana. Pasó frente a la bahía de Santa Marta, que vio por primera vez, luego por las bocas del río de la Magdalena, por la bahía de Cartagena, la desembocadura del Sinú y el golfo de Urabá. Continuó por la costa panameña del Darién hasta un puerto que se denominó el Retrete, no muy lejos de donde se fundó Nombre de Dios.
En este punto advirtió que las naves estaban a punto de naufragar a causa de la broma (un molusco lamelibranquio que perforaba las cuadernas de roble de las quillas), por lo que ordenó poner proa a la isla Española. Recaló en Jamaica, donde se revisaron las naves, y siguió hacia su objetivo. Una tempestad arrojó las embarcaciones a la costa de la Española, junto al cabo de la Canonjía. Allí estuvo un mes reparando los barcos y salió nuevamente hacia Santo Domingo, pero los vientos le arrastraron hasta Xaraguá, donde naufragó. Dividió a su gente en tres grupos que emprendieron a pie el viaje a Santo Domingo, adonde llegaron finalmente con los restos de sus botines.
Rodrigo de Bastidas regresó a España en la flota de Bobadilla. Zarpó de Santo Domingo a mediados de 1502 y tuvo la suerte de salvarse de la tempestad que acabó con la flota. Llegó a Cádiz en septiembre del mismo año. Como recompensa a sus descubrimientos, obtuvo de la Corona una renta sobre los frutos de Urabá y Cenú (Sinú)
En la historia de la colonización americana figura otro viaje dudoso de Bastidas en 1507 al mismo territorio colombiano con Juan de la Cosa. Mucho más se conoce sobre la expedición que inició en 1524. El 6 de noviembre de ese año, Bastidas capituló la construcción de una ciudad y fortaleza en la Tierrafirme. Se le concedió una franja de ochenta leguas de costa (desde el Cabo de la Vela hasta las bocas del Magdalena) a la que debía llevar cincuenta vecinos, algunos de ellos casados.
Al año siguiente fletó tres naves con las que arribó a la bahía de Santa Marta, que había descubierto anteriormente. De inmediato inició la construcción de la fortaleza que sería la base de la ciudad de Santa Marta, la primera que se fundaba en Colombia (anteriormente se habían frustrado dos intentos de colonización en la Guajira, con Santa Cruz, y en Urabá, con San Sebastián).
Bastidas emprendió la conquista del territorio de los indios de Bonda y Bondigua, donde recogió buenos botines de oro, pero tuvo muchas dificultades con sus hombres, que odiaban el trabajo manual que les imponía y las privaciones que sufrían. Como resultado de una conjura dirigida por su teniente general, Pedro de Villafuerte, varios hombres entraron por la noche en su casa y trataron de acuchillarle; no lo mataron, pero quedó gravemente herido.
Bastidas decidió ir a restablecerse a Santo Domingo y dejó la colonia en manos de Rodrigo Álvarez Palomino. No llegó a su destino, sin embargo, pues la nave en que iba fue a parar a Santiago de Cuba por culpa de los vientos. Allí falleció en 1527. En Santa Marta, que siguió prosperando, Álvarez Palomino prendió a los que intentaron asesinar a Bastidas y los envió a Santo Domingo, donde fueron ejecutados