Respecto a la singular evolución que fue experimentando su producción poética durante su breve existencia murió, totalmente loco, a los cuarenta años de edad, cabe señalar el paso desde un simbolismo inicial centrado en las descripciones de los paisajes vascos de su infancia y adolescencia, hasta los ya mencionados preludios de la propaganda ideológica del fascismo, imbricada, en su caso, en fuertes connotaciones católicas y una anacrónica añoranza imperialista.
Entre ambos extremos, conviene recordar su fugaz tránsito por otras formas y lenguajes tan diferentes entre sí como el culteranismo neogongorino y la Vanguardia. En general, la mayor parte de su obra está consagrada a de
Bilbao, 1888 – Madrid, 1928) Escritor español cuya obra, de gran vehemencia, dedica particular atención a los temas hispánicos y a la recreación de mitos culturales. Hombre de vasta formación humanística, Ramón Basterra extendió su curiosidad intelectual a la riqueza cultural e histórica de los países en que residió en calidad de diplomático, lo que le permitió ir desarrollando un interesante concepto de la Hispanidad que el denominó "Sobreespaña". En general, el escritor bilbaíno identificó su nación como la encarnación de los antiguos ideales latinos, sobre todo cuando, destinado en Italia y en Rumanía, pudo investigar ampliamente la herencia cultural de Roma en los diferentes territorios mediterráneos que cayeron bajo su influencia.
Así, en Rumanía comenzó a redactar su célebre libro titulado La obra de Trajano mostrar la grandeza de la Hispanidad (o su "Sobreespaña"); para ello, desde una proverbial extravagancia que acabó conduciéndole a un penoso estado de demencia, elaboró peregrinas teorías histórico-culturales que pretendían exaltar la superioridad de la herencia católico-romana y del antiguo Imperio español, frente al legado moral procedente de la cultura protestante y del liberalismo anglosajón.
Entre las obras más destacadas de Ramón Basterra, conviene recordar algunos títulos como La sencillez de los seres (1923); Las urbes luminosas (1923), plagado de riquísimas formas estróficas procedentes del barroco; Virulo I. Las mocedades (1924); Los labios del monte (1925), inmerso de lleno en el lenguaje y la métrica vanguardistas; y Virulo II. Mediodía (1927).
(Bermeo, 1924) Escultor y pintor español. En 1936 se exilió junto con su familia a Francia. Con el estallido de la II Guerra Mundial, tras un largo viaje, la familia Basterrechea llegó a Buenos Aires, donde se instaló como otros muchos refugiados españoles. En 1952, con 28 años, regresó a España en viaje de bodas y ganó el concurso para la realización de las pinturas murales de la cripta de la basílica de Arántzazu, en Oñate. Eran más de 500 metros cuadrados de obra repartidos en 18 murales. Allí entró en contacto con el escultor Jorge Oteiza. Tras un año de trabajo, cuando ya había elaborado once murales, los franciscanos de la basílica borraron en una noche su obra, por considerarla inadecuada.
A finales de la década de los cincuenta formó parte de los grupos de vanguardia más importantes del campo creativo español: el Equipo 57 y el grupo Gaur, con Oteiza, Chillida, Mendiburu, Ruiz Balerdi, Amable Arias o Sistiaga, entre otros. A partir de 1963, y durante diez años, desarrolló su trabajo en el campo del diseño industrial, sobre todo en la decoración de hoteles y diseño de muebles. También practicó la fotografía experimental e hizo una exposición en Bilbao en 1969
En los años setenta se produjo en él una concienciación del problema vasco y empezó a expresar la idea vasca con el uso de viejas vigas de madera de roble para sus esculturas. En 1982, una escultura suya, que representaba un árbol de siete ramas, resultó ganadora en el concurso de ideas, convocado por el Parlamento vasco, para presidir el hemiciclo. En septiembre de 1987 realizó su primera exposición individual en Madrid, en el Museo Español de Arte Contemporáneo. La antología, que constaba de 140 piezas, entre esculturas, pinturas, dibujos y collages, recogía distintas épocas de su actividad.
El 21 de diciembre de 1988 se inauguró su obra Paloma por la Paz, de siete metros de alta por nueve de ancha, que se instaló en el paseo de Zurriola de San Sebastián, cerca del estadio de Anoeta. Otra obra suya, Monumento al pastor vasco, se encuentra instalada en la localidad de Reno, en el estado norteamericano de Atlanta desde agosto de 1989. Para realizar este monumento, primera escultura sobre Euskadi en Estados Unidos, fue seleccionado entre treinta artistas internacionales
Se encargó de la decoración de la vela de 150 metros cuadrados del velero "Gipuzkoa", que dio la vuelta al mundo entre diciembre de 1990 y noviembre de 1992. En 1993 realizó una escultura de hormigón de 60 metros para el muro de contención de la presa de Arriarán de Beasain, en Guipúzcoa. Ese año, después de viajar a Yugoslavia, cedió algunas de sus obras, realizadas a partir de fotografías de prensa, para recaudar fondos para la infancia y los medios de comunicación de Bosnia-Herzegovina. Otra escultura suya fue inaugurada en noviembre de 1997 en Buenos Aires por el lehendakari José Antonio Ardanza, como contribución de los vascos de Argentina a la capital.
Algunas de sus esculturas se entregan en algunos premios, como son los casos del Apolo de oro a la Lírica (premio que se concede desde 1990 en Bilbao) o el Premio a la Promoción Turística del Gobierno vasco. Además de la escultura y la pintura, también ha realizado cine, al que considera como "un mural de tres kilómetros". Así nacieron los cortometrajes Operación H (1963), Pelotari (1964) y Alquézar, retablo de pasión (1965), estos dos últimos dirigidos junto con Fernando Larruquert, al igual que el largometraje Ama Lur - Tierra Madre (1966), una hermosa visión del paisaje y los hombres vascos. También es autor de varios documentales y de una serie sobre las culturas prehispánicas.