Pintor y escenógrafo argentino. Realizó sus primeros estudios de pintura en la Academia Bolognini y posteriormente en la Academia Nacional de Bellas Artes. En 1923 obtuvo en esta última el título de profesor de dibujo. Poco después, la provincia de Buenas Aires le concedió una beca que le permitió viajar a Europa para completar su formación. Durante su viaje europeo entró en contacto con los maestros de la Escuela de París. En la capital francesa fue discípulo del pintor francés Charles Guerin, en la Academia Colarossi. Otros de sus maestros fueron André Cothe y Otton Triesz. Durante su estancia en París comenzó a interesarse por la escenografía, cuyo estudio simultaneaba con el de la pintura.
Aunque cronológicamente pudieron haberle influido los movimientos vanguardistas de esa época, como el cubismo y el expresionismo, fue más afín a las influencias impresionistas. Sus pinturas estaban caracterizadas por un estilo próximo a esta corriente artística y por la representación de la naturaleza, paisajes, escenas callejeras y retratos de una forma desfigurada. Basaldúa trataba de expresar sus sentimientos a través de los colores vivos y la violencia en las formas. Estas características llevaron a muchos críticos a incluirle dentro de la escuela de los postimpresionistas.
Característicos de su estilo son cuadros como Calle (1914) y Aldeana con Mandolina (1927). Esta último, pintado en París, fue su obra más famosa, y mostraba lo que podría ser una naturaleza muerta por su espacio plástico, aunque en realidad representaba un rostro, una mandolina y un jarrón como formas dominantes. Aunque en sus paisajes aparecen temas europeos, como en las obras Petit Hotel y L´Astuzie fémenile, sus preferidos fueron las representaciones poéticas de la mitología bonaerense.
Realizó su primera exposición en París en 1923, donde expuso con varios artistas jóvenes argentinos. Volvió a exponer en 1925, esta vez en el Salón de Otoño. En 1928 sus cuadros fueron colgados en la Exposición Independiente y en 1929 en el Salón de las Naturalezas Muertas y las Figuras. Este último año volvió a exponer en una Exposición Internacional, celebrada en Nueva York. Permaneció en Francia hasta 1930. A su regreso a Buenos Aires celebró su primera exposición individual en la sala Amigos del Arte.
En 1932 fue nombrado escenógrafo del Teatro Colón, el principal escenario de la ciudad bonaerense. Basaldúa realizó prácticamente todas las escenografías de las óperas y ballets que se representaron en dicho teatro entre 1932 y 1950. En 1933 participó en la Exposición Internacional de Pittsburgh. En 1935 obtuvo la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Arte Decorativo de París.
En 1937, tras regresar a París para participar en la Exposición Internacional, fue galardonado por la Comisión Nacional de Cultura por su labor como escenógrafo y con el Premio Municipal de Pintura. La Comisión Nacional de Cultura le concedió una beca para ampliar sus estudios de escenografía y técnica teatral en Alemania, Francia e Italia. Durante sus estancia en Europa, algunos de sus diseños fueron seleccionados por la Manufactura Nacional de Sèvres para decorar varias piezas de porcelana.
En 1946 viajó a Estados Unidos invitado por el Departamento de Estado de dicho país, con el fin de que pudiera perfeccionar todavía más su técnica escenográfica. Basaldúa fue admitido en 1950 en la Academia de Bellas Artes y nombrado miembro de la Dirección de la Protección de las Artes. En 1961 fue uno de los principales artistas vivos que participaron en la exposición 150 años de Arte Argentino.
Basaldúa realizó otras numerosas actividades artísticas, entre las que destacó la ilustración de obras literarias; un ejemplo es el Fausto editado por los Amigos del Arte de Buenos Aires en 1932. También ilustró numerosos libros de los principales escritores argentinos, como Jorge Luis Borges, Manuel Mújica Láinez, Silvina Ocampo, Ricardo Güiraldes y Francisco Luis Bernárdez.
(Bérgamo, 1617- id., 1677) Pintor italiano. Inició su obra como pintor de batallas y de interiores de cocina. Su trabajo más notable se centró en la pintura de instrumentos musicales, en la que recreó modelos nórdicos y españoles con gran realismo