Diplomático sueco. Sobrino del rey Gustavo V, en 1918 fue comisionado en el Ejército sueco y llegó a ser oficial del grupo Boy Scout. Dedicado a obras filantrópicas, presidió la Cruz Roja sueca. Durante la Segunda Guerra Mundial realizó una importante tarea en el intercambio de prisioneros de guerra, llegando a sacar unos veinte mil prisioneros de los campos de concentración alemanes. Dado su excelente reputación, negoció con Himmler, jefe supremo de la policía nazi, la capitulación de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, el 24 de Abril de 1945; Alemania propuso la rendición incondicional ante Inglaterra y Estados Unidos, pero no ante la Unión Soviética, ofrecimiento que los aliados rechazaron.
Al llegar a su fin el mandato británico sobre Palestina, la Asamblea General le nombró mediador de la ONU en el conflicto que enfrentaba a los países árabes con el estado de Israel. La elección, basada en su talante diplomático y prudente, dio pronto resultados positivos. Logró que se estableciese una tregua de cuatro semanas en las que se pudiesen discutir mejor los términos que llevaran al armisticio y paz definitiva. Bernadotte informó en persona al Consejo de Seguridad el 13 de julio. Los árabes rehusaron prolongar la tregua, argumentando que los judíos estaban importando combatientes, acción que rompía lo establecido. Los judíos por su parte, atacaron la política seguida por Bernadotte, exponiendo que suponía restringir a una estado soberano la libre inmigración.
Mientras tanto, consiguió enviar convoyes de alimentos a la sitiada población de Jerusalén, y trató de recuperar el aprovisionamiento de agua que había sido cortado. Recibió apoyo de la Cruz Roja Internacional y la Liga de Asociaciones de la Cruz Roja, pero necesitaba observadores que estuviesen bajo su control. El gobierno israelí rehusó cualquier observador que fuese británico, por lo que Bernadotte solicitó soldados suecos para que fuesen observadores militares. Tras su informe, la actuación del Consejo, ordenando que se desistiese de cualquier acción bélica, fue fundamental en este periodo. Cualquier actuación contraria a esto demostraría que existía una ruptura de la paz. Esta resolución se adoptó el 15 de julio de 1948, última reunión a la que asistió el conde Bernadotte. El resultado fue una tregua inestable, pero sin actos violentos.
El Consejo de Seguridad volvió a ser convocado el 18 de septiembre del mismo año, para comunicar la muerte del conde. Su idea de que los árabes refugiados volviesen a sus hogares en el nuevo Estado de Israel hizo que se granjease gran número de enemigos. Fue asesinado a balazos en el sector Katamon de Jerusalén por terroristas judíos del grupo Stern, cuando entraba en automóvil en la ciudad. Junto a él murió también el coronel André Serot, miembro de la fuerza aérea francesa. Fueron el séptimo y octavo representantes de las Naciones Unidas muertos en el cumplimiento de su deber. Su muerte reveló la debilidad del gobierno israelí.
Destacó por su encanto personal, ingenio, tolerancia y generosidad. En el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York, en la entrada del Salón de Meditaciones, se colocó una placa conmemorativa al conde en la que se lee: “A la memoria del conde Folke Bernadotte, mediador de las Naciones Unidas en Palestina. Apóstol de la paz, gran internacionalista y humanista, devoto y valeroso servidor de las Naciones Unidas, que fue asesinado en Jerusalén el 17 de septiembre de 1948, mientras servía a las Naciones Unidas en la causa de la paz palestina”. Fue propuesto para el Premio Nobel de la Paz. Su puesto como mediador fue ocupado por el que fue su ayudante, el doctor Ralp Bunche
( Carlos XIV de Suecia) Militar francés que llegó a ser rey de Suecia (Pau, Francia, 1764 - Estocolmo, 1844). Soldado del ejército francés desde 1780, las guerras de la Revolución y del Imperio le hicieron ascender rápidamente, tanto de graduación militar como de rango social. En 1794 ya era general de brigada. En 1797 colaboró con Napoleón en la campaña de Italia. Y al año siguiente estableció lazos de familia con los Bonaparte, pues se casó con Desirée Clary, antigua amante de Napoleón y hermana de la mujer del futuro José I de España.
Aunque desde su cargo de ministro de Defensa no apoyó el golpe de Estado que llevó al poder a Napoleón (1799), éste siguió confiando en él: le hizo mariscal (1804) y le empleó como gobernador de varios territorios alemanes ocupados por Francia (Hannover primero y las ciudades hanseáticas después). Sus sucesivos éxitos militares probablemente lo justificaban, pues fue él quien detuvo el desembarco inglés en Quiberon (1800), derrotó a los prusianos en Halle y Lübeck, a los rusos en Mohrungen y Spanden (1807) y de nuevo a los ingleses en Walcheren (1809)
El rey de Suecia Carlos XIII carecía de descendencia y estaba obligado a designar un sucesor fuera del país. Eligió a Bernadotte para congraciarse con la Francia napoleónica, que ejercía una hegemonía en la Europa del momento (había derrotado a Suecia y depuesto al anterior rey, Gustavo IV, en 1809), pero también atraído por el trato de favor que Bernadotte había dispensado a Suecia en el momento de su derrota.
Adoptado por Carlos XIII como príncipe heredero, Bernadotte se desentendió de los intereses franceses y asumió sin reservas la defensa de la independencia de Suecia: en 1813 comprometió al país en la coalición que finalmente acabaría con el Imperio napoleónico en 1815. Desembarcó al frente del ejército sueco en Alemania para luchar contra sus antiguos compañeros de armas, e incluso participó en la victoria sobre el propio Napoleón (batalla de Leipzig, 1813).
Gracias a ello, en la reorganización del mapa europeo decidida en el Congreso de Viena (1815), Suecia obtuvo la anexión de Noruega. Al morir Carlos XIII en 1818, Bernadotte le sucedió en el Trono sueco sin dificultad, adoptando el nombre de Carlos XIV. Fundó así la dinastía Bernadotte, que ha seguido reinando en Suecia hasta la actualidad