Arquitecto y tratadista francés. En sus Cursos de arquitectura civil (1771-1777), defendió el retorno a los principios clásicos de regularidad y de simetría, en oposición a los abusos de la decoración rococó. Entre sus obras, destacan la reordenación del área de Metz y la reestructuración urbanística de Estrasburgo
(Dijon, 1861 - Aix-en-Provence, 1949) Filósofo cristiano francés. Nacido en una familia borgoñona de tradición católica, realizó los primeros estudios en su ciudad natal, obteniendo allí el bachillerato en ciencias y la licenciatura en letras y en derecho. La intervención de monseñor Rivet, obispo de la ciudad, venció las vacilaciones de la familia y permitió a Blondel concursar e ingresar en la École Normale Supérieure (1881).
Su primera formación filosófica, realizada bajo la influencia de A. Bertrand, seguidor del pensamiento de Maine de Biran y de H. Joly, se va profundizando en la escuela de E. Boutroux y, sobre todo, de L. Ollé-Laprune. La intensidad cristiana de este espíritu ejerce desde el principio una fuerte influencia sobre el joven escolar, reforzándose cada vez más, hasta el punto de convertir al discípulo en un amigo.
La tesis de doctorado sobre la acción (La acción) y sobre el "Vínculo sustancial" en Leibnitz (De "vinculo substantiali" apud Leibnitium) constituyen el primero y más elevado fruto de aquella profunda convicción cristiana que había de ser la base de toda la investigación filosófica de Blondel. Pero el ambiente académico, todavía lleno por completo de una tradición diferente, no estaba dispuesto ciertamente a acoger tesis que afirmaban el valor filosóficamente decisivo de la práctica cristiana. La discusión del 7 de junio de 1894, extraordinariamente animada, fue una prueba de ello. Blondel no salió de ella derrotado en modo alguno, pero no dejaron de hacerse sentir las consecuencias en el terreno práctico, y vio cómo se le negaba el puesto de profesor.
Al año siguiente, R. Poincaré, ministro de Instrucción Pública, gracias a la activa intervención de Boutroux, se las compuso de modo que se le quitara el veto, y Blondel fue nombrado "maître de conférences" en la Universidad de Lille, para pasar, al año siguiente, a la de Aix-en-Provence. Allí permanecería el resto de su vida. Ningún otro episodio caracterizará su vida, consagrada por completo al estudio y a la enseñanza, en continua lucha con su endeble naturaleza y, en los últimos años de su vida, contra la ceguera.
La sucesión de sus trabajos sigue el ritmo del paso de los años. La Lettre sur les exigences de la pensée contemporaine en matière d´apologétique, la Ilusión idealista, El principio elemental de una lógica de la vida moral e Histoire et dogme revelan por completo al pensador que apuntaba ya en el ensayo La acción. Los temas candentes y el ambiente perturbado por las experiencias modernas provocan reacciones vivísimas, de asentimiento y de oposición. Blondel no acaba de exponerse, pero la aparición de la encíclica Pascendi determina una mayor retirada a la meditación. Continúa participando en la vida cultural y espiritual de su tiempo, pero no aparecen todavía los frutos más profundos de su recogimiento.
Hasta 1934 no rompe el silencio y en el breve período de tres años publica su trilogía El pensamiento, El ser y los seres y L´action, a la que seguirán dos volúmenes sobre La philosophie et l´esprit chrétien, que coronan su esfuerzo especulativo de filósofo cristiano. También estas obras de madurez suscitan discusiones que no rozan, sin embargo, la ortodoxia de Blondel. Por el contrario, su figura de pensador cristiano va colocándose progresivamente en un plano de clasicismo, en tanto que engrosa la escuadra de discípulos, diversamente fieles a su magisterio. Murió cuando atendía a la preparación del tercer volumen de La philosophie et l´esprit chrétien y aparecía su último trabajo con el título de Exigences philosophiques du christianisme.