Escultor rumano. Estudió escultura en la Academia de Bucarest y perfeccionó sus conocimientos en Viena y Munich, antes de establecerse en París (1904), donde desarrolló la mayor parte de su carrera. Tuvo unos comienzos difíciles, durante los cuales pasó penurias y privaciones, pero tras la Primera Guerra Mundial se consagró como uno de los grandes escultores de la vanguardia artística.
Con la eliminación de todos los atributos accesorios, evolucionó progresivamente hacia una mayor esencialidad formal para crear formas puras y elementales. En sus obras, Brancusi buscaba una belleza pura y espiritual, expresada a través de sus figuras favoritas (el pájaro, el huevo, las cabezas femeninas) y resaltada mediante el pulido de los materiales (bronce, mármol y, ocasionalmente, madera). Realizó varios viajes a Estados Unidos, donde celebró con éxito exposiciones personales.
En 1937 regresó a Rumania para llevar a cabo algunos encargos, como la Columna sin fin, de casi 30 m de altura, para el parque público de Tirgu Jiu, cerca de su ciudad natal. Ese mismo año fue a la India para proyectar el Templo de la Meditación, por encargo del maharajá de Indore. Mademoiselle Pogany, El recién nacido y Pájaro en el espacio, tres de sus creaciones más apreciadas, constituyen otras tantas muestras de esa búsqueda de la forma pura que llevó a Brancusi hasta los límites de la abstracción, aunque sin abandonar por completo el figurativismo
(San Brandán o Brandano, llamado el Viejo; ?-?, 577 o 583) Prelado irlandés. Abad obispo de Conflert, fundó monasterios en Irlanda y en Inglaterra. Su leyenda dio origen a la Navegación de san Brandán, una sorprendente novela de aventuras de la Edad Media