Escritor y médico inglés. Ejerció la medicina en Norwich. Escribió uno de los primeros ensayos en prosa, Religio medici (1642), en el que intentó resolver el conflicto entre ciencia y religión. También es autor de Urnas funerarias o Hidriotafia (1658), meditación sobre la vanidad del hombre
Robert Browning (Londres, 1812-Venecia, 1889) y Elisabeth Barrett (Durham, Reino Unido, 1806-Florencia, 1861). Matrimonio de poetas británicos. La poesía de la época victoriana alcanzó con ellos su más elevada expresión. Tras contraer matrimonio en 1846, cuando ambos eran ya autores consagrados, supieron mantener su independencia creativa. Robert fue un maestro del monólogo dramático, mientras que Elizabeth se distinguió por cultivar una poesía más intimista, casi mórbida, influida por una larga enfermedad que la mantuvo aislada durante casi una década.
La carrera literaria de Robert fue precoz, pues publicó su primer texto en 1833. De 1835 data una de sus primeras obras importantes, Paracelso, poema dramático cuya acción transcurría en la Italia renacentista, por la que el autor, de manera similar a sus contemporáneos prerrafaelistas, sentía una gran debilidad, como lo demuestra que también utilizara como escenario de otras composiciones posteriores, como los grandes monólogos Fra Filippo Lippi y Andrea del Sarto, ambos incluidos en el volumen Hombres y mujeres (1855).
En 1845, conoció a Elisabeth Barrett, que un año después se convertiría en su esposa, al escribirle ella para alabar su poesía. Su noviazgo dio lugar a la obra más alabada de la producción de Elizabeth, Sonetos del portugués (1850). Anteriores fueron los libros El Serafín y otros poemas (1838) y Poemas (1844), con los que llamó la atención de los círculos literarios por la personal sensibilidad demostrada en ellos.
Establecidos en Florencia, donde Elizabeth tuvo un hijo, ella compuso Las ventanas de la Casa Guidi (1851) y el extenso poema didáctico Aurora Leigh (1856). A su muerte, su marido abandonó Italia y regresó al Reino Unido, donde publicó dos obras mayores, Dramatis personae (1864) y, sobre todo, El anillo y el libro (1869), cuya influencia sobre los autores posteriores, entre ellos T. S. Eliot, fue decisiva