Pintor español. Tras la guerra civil viajó por diversas provincias, hasta que la familia se estableció en Madrid en 1944. A partir de 1948, y después de una breve estancia en San Sebastián, acudió como discípulo a la casa taller de Vázquez Díaz, con quien estudiaría hasta 1953. De este periodo son los retratos de sus hermanos y de Adriano del Valle, que presentó en su primera exposición en la Galería Altamira
En 1954 pinta sus primeras obras abstractas y realiza su primer viaje a París. La Galerie Arnaud expuso estas obras en 1955. Al mismo tiempo participó en la Bienal Hispanoamericana que se realizó en Barcelona ese mismo año. Junto con otros artistas fundó en 1957 el Grupo El Paso, que nace con la publicación de un manifiesto y como una actividad que pretende crear un nuevo espíritu dentro del mundo artístico español. El Paso realizó numerosas exposiciones del grupo, la primera en la Galería Buchholz de Madrid. También editaba boletines informativos y organizaba diversos actos culturales
La aportación de Canogar a la Bienal de Venecia de 1958 atrajo la atención de la crítica y le abrió definitivamente las puertas al reconocimiento internacional. La galería L´Attico de Roma le ofreció un contrato que mantendría durante muchos años. Ese mismo año fue seleccionado para la exposición "Pittsburgh International" y para la Bienal de Alejandría. En 1960 viaja por primera vez a los Estados Unidos y visita, en la ciudad de Nueva York, las dos grandes exposiciones que los Museos Guggenheim y de Arte Moderno estaban realizando de la joven pintura española, en las que participó con grandes obras. La Galería Pierre Matisse también organizó otra exposición de El Paso
Abandonó en 1964 el informalismo, que para él había perdido la vitalidad y espíritu de rebeldía que había tenido en un principio. Su nueva obra se basó en la crónica narrativa, que tomaba de los medios de comunicación. Sus imágenes urbanas adquieren la tercera dimensión por necesidades expresivas. A partir de 1976 volvió a la abstracción, como una reflexión sobre soportes y materiales. En 1987 se organizaron dos grandes exposiciones antológicas de sus obra en el Bochum Museum de Alemania y en el París Art Center. Francia le nombró Chevalier de L´Ordre des Arts et des Letres en 1985, y en España se le concedió la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica en 1991 por su labor en el Patrimonio Nacional
Además de su incesante actividad creativa, fue asesor de la Dirección General de Bellas Artes, miembro del patronato de Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, y, más tarde, vocal del Consejo de Administración del Patrimonio Nacional. En 1998 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con un discurso titulado Apuntes sobre el macro y la realidad, con el que hizo un repaso sobre las etapas de su obra: el informalismo, el realismo y la abstracción
(Possagno, actual Italia, 1757-Venecia, 1822) Escultor italiano. A causa de sus modestos orígenes familiares, no pudo realizar estudios artísticos y comenzó practicando otros oficios. En 1768, a raíz de su traslado a Venecia, empezó a dedicarse a la escultura y rápidamente alcanzó una fama y un prestigio que mantuvo durante toda su vida.
Sus primeras obras venecianas, como Orfeo y Eurídice o Dédalo e Ícaro, están impregnadas todavía del espíritu barroco que reinaba en la ciudad de la laguna. Cuando era ya un artista consagrado, se estableció en Roma (1781), donde definió el estilo que lo caracteriza, inspirado en la Antigüedad clásica y poderosamente influido por los principios teóricos de Winckelman, Milizia y otros autores cuyas doctrinas se hallan en la base del nacimiento del estilo neoclásico.
Sus primeras obras del período romano, como Teseo y el Minotauro, manifiestan ya la maestría técnica y la perfección en el acabado que le eran habituales. De hecho, todas sus obras fueron fruto de una larga elaboración, de una ejecución realizada con un detallismo casi artesanal. No fue Canova un escultor nato y de cincel fácil, sino que se forjó a través del estudio y el trabajo; mediante la práctica diaria del dibujo, por ejemplo, perfeccionó su plasmación del desnudo y superó las deficiencias de sus primeros estudios anatómicos.
En su estudio romano desplegó una enorme actividad para poder atender todos los encargos que recibía de las más destacadas personalidades del momento, desde Napoleón hasta Catalina la Grande de Rusia. Era ya por entonces el principal escultor del estilo neoclásico, condición con la que se ha perpetuado su figura en la historia del arte.
El nombre de Canova se asocia esencialmente a esculturas de mármol de acabado y pulido perfectos, que encarnan la belleza ideal y son frías y distantes, libres de la expresión de cualquier sentimiento o turbación. Este escultor, que encarna de maravilla el gusto de su tiempo, plasmó la belleza natural en reposo, libre de cualquier movimiento espontáneo y con una monocromía y simplicidad que contrastan vivamente con la etapa precedente.
En esta línea se inscriben sus dos creaciones más conocidas: el retrato de la hermana de Napoleón, Paulina Borghese, y las Las tres Gracias. Paulina Borghese está esculpida como una Venus, sobre un diván, con la elegancia y la ligereza características de Canova. Las tres Gracias encarnan el desnudo femenino en toda su perfección, y en ellas el artista parece querer reflejar algo de su mundo interior.
Canova tiene, además, el mérito de haber renovado profundamente el género del sepulcro monumental, gracias a los que esculpió para los papas Clemente XIII y Clemente XIV. Entre las muchas efigies oficiales que realizó es particularmente célebre el Napoléon desnudo, cabal ilustración de los ideales neoclásicos. Su fama como artista le abrió numerosas puertas y lo convirtió en un hombre enormemente influyente, a quien el Papado encomendó algunas misiones delicadas, como la recuperación de las obras de arte expoliadas por Napoleón