Actriz italiana, una de las grandes de la historia del cine italiano. Sus comienzos en el mundo del espectáculo vienen marcados por su extraordinaria belleza: con sólo diecisiete años gana un concurso de belleza y decide trasladarse a Roma, donde estudia interpretación en el Centro Sperimentale di Cinematografia. Allí entra en contacto con la industria cinematográfica italiana y comienza a interpretar pequeños papeles. Debuta en el cine en 1956 con una fugaz aparición en la película francesa Anneux d´or, a la que siguen una serie de filmes entre los que cabe destacar Rufufú (1958), de Mario Monicelli
Conoce al productor Franco Cristaldi y firma un contrato en exclusiva para su compañía. Al año siguiente se casan y en 1959 son padres de una hija. Sus trabajos en el cine como actriz secundaria son cada vez más frecuentes. Su primer papel protagonista le llega en una de las películas más conocidas de entre sus primeros trabajo, La chica con la maleta (1960), de Valerio Zurlini. El éxito obtenido y la calidad de sus interpretaciones le permiten trascender los papeles secundarios que ha interpretado hasta entonces y le dan la posibilidad de trabajar con grandes directores
Su magnífica interpretación en la obra de Zurlini le abre las puertas del cine italiano y hace que sea conocida como actriz. Luchino Visconti, director fundamental en su carrera, se fija en ella y la requiere para su primera obra maestra y una de las grandes películas de la historia del cine, Rocco y sus hermanos (1960). Fuertemente polémica en su época, es prohibida en algunas ciudades como Milán -en donde está ambientada- y sufre numerosos cortes por parte de la censura.
A medio camino entre el primer neorrealismo y las majestuosas y melodramáticas operas cinematográficas que rodaría posteriormente Visconti, Rocco y sus hermanos narraba la ascensión de dos hermanos de personalidades contrapuestas, Simone y Rocco (interpretados por Renato Salvatori y el francés Alain Delon), miembros de una familia del sur que emigra al industrioso norte en busca de una oportunidad
Otro de los directores fundamentales para la evolución de la personalidad cinematográfica de Claudia Cardinale es Federico Fellini, con el que colabora tan sólo en una película, Fellini, ocho y medio (1962), filme que tiene tanto éxito que da un giro radical a su carrera como actriz y la convierte en una estrella internacional. La más autobiográfica y, paradójicamente, la más imitada de las obras de Fellini -en la que Marcello Mastroianni es el alter ego del director y Claudia Cardinale da vida a la encarnación angélica y casi metafísica del ideal femenino de Fellini-, se desenvuelve en el mundo del cine desde una dimensión onírica. Es, sin duda, una de las mejores películas de la historia del cine. Con ella el director italiano obtiene su tercer Oscar de la academia a la mejor película en lengua extranjera, y el compositor Nino Rota, habitual en la obra de Fellini, compone una de sus mejores bandas sonoras
Claudia Cardinale se convierte en una de las grandes estrellas del cine italiano de los años sesenta. En su siguiente obra, El Gatopardo (1962), vuelve a encontrarse con Luchino Visconti en la adaptación de la novela homónima de Giuseppe Tomasi de Lampedusa publicada en 1959, una de las más grandes novelas italianas del siglo. Todo en El Gatopardo es sobresaliente: la fotografía en tecnicolor de Giusppe Rotunno se une a la riqueza del vestuario de Piero Tosi y la dirección artística de Laudomia Hercolani y Giorgio Pes.
Su ambiciosa producción y su amplio presupuesto permiten a Visconti contar en el reparto con tres de las estrellas más importantes del momento, el americano Burt Lancaster, el francés Alain Delon y Claudia Cardinale. El espíritu de la novela, fielmente retratado por Visconti en la película, ha quedado plasmado en la famosa frase del príncipe don Fabrizio: "es necesario que algo cambie para que todo siga igual". El Gatopardo recibió la Palma de Oro del festival de Cannes y afianzó más el estrellato a Claudia Cardinale
Al año siguiente consigue el premio de la crítica italiana a la mejor interpretación femenina por su trabajo en La chica del Bube (1963), de Luigi Comencini. Comienza a ser cotizada internacionalmente, lo que le permite rodar bajo las órdenes de grandes directores como Blake Edwards en La pantera rosa (1964) o Henry Hathaway en El fabuloso mundo del circo (1964). Tras su separación de Franco Cristaldi se casa por segunda vez con el actor Andy Williams. Comienza a trabajar cada vez más frecuentemente en el cine americano sin abandonar su carrera en Italia.
Entre sus trabajos americanos destaca el western Los profesionales (1966) de Richard Brooks, en donde da vida a una airada revolucionaria que se cruza en el camino de los mercenarios a los que se refiere el título. Otro de sus trabajos americanos más destacados y en el que demuestra su enorme versatilidad es una comedia de influencia pop, titulada No hagan olas (1967), del británico Alexander Mackendrick, donde comparte cartel con Tony Curtis. No obstante, su gran incursión en el cine del western es Hasta que llegó su hora (1968), de Sergio Leone, escrita por unos jóvenes Dario Argento y Bernardo Bertolucci, película que cuenta el nacimiento de los Estados Unidos a través de la construcción del ferrocarril, y en la que Claudia Cardinale interpreta a la prostituta Jill
A partir de los años setenta, y tras su matrimonio con el director italiano Pasquale Squittieri, reduce sus apariciones en la pantalla grande y apenas protagoniza películas fuera de Europa. Vuelve a coincidir con Visconti en Confidencias (1974). Recibe de nuevo el premio de la crítica italiana a la mejor interpretación de reparto por su aparición en La piel (1981), adaptación dirigida por Liliana Cavani de la novela de Curzio Malaparte ambientada durante el desembarco americano en Italia que acaba con la Segunda Guerra Mundial.
Entre sus últimas apariciones en el cine destacó poderosamente Fitzcarraldo (1982), una epopeya dirigida por Werner Herzog e interpretada por Klaus Kisnki sobre la construcción de un teatro de ópera en plena selva amazónica. En febrero de 2002 recibió en la Berlinale el Oso de Oro al conjunto de su carrera
(Conocido como Capitán Cardona; Malgrat, 1903-Caracas, 1982) Explorador español. Junto a Juan María Mundó descubrió Meru, el actual Salto de Angel (1926). Asimismo, exploró el interior de Guyana y halló las fuentes del Orinoco