Emperador romano (Lugdunum, Lyon, Francia, 186 - cerca de Edesa, 217). Era hijo del emperador Septimio Severo (193-211), quien le asoció al trono desde el 198; luego se les incorporó como tercer coemperador su hermano Geta (año 209). Al morir su padre, Caracalla no quiso compartir el poder con su hermano, al cual hizo asesinar junto con la mayor parte de sus partidarios (212).
El legado más importante de su mandato fue el llamado Edicto de Caracalla o Constitutio antoniniana (212), por el cual se extendía la ciudadanía romana a todos los habitantes libres de las provincias; dicha medida, aconsejada por el deseo de acrecentar la unidad política del Imperio y de elevar los ingresos fiscales, dio un gran impulso a la romanización, al dejar al margen de la ciudadanía sólo a las poblaciones rurales y a los bárbaros instalados en las fronteras.
En Roma impulsó Caracalla importantes construcciones, como las termas que llevan su nombre. Fue también un emperador guerrero, admirador de las gestas de Alejandro Magno: venció a los alamanes junto al río Meno (213) y lanzó una campaña contra los partos en Oriente (216).
Durante esta última fue asesinado por el prefecto de la guardia, Macrino, quien usurpó el Trono imperial por algún tiempo (217-18); enseguida sería restaurada la dinastía de los Severos, al elevar el ejército al sobrino de Caracalla, Heliogábalo (218-22)
(Giovanni Battista Caracciolo, llamado il Battistello; Nápoles, c. 1570- id., 1637) Pintor italiano. Fiel seguidor del Caravaggio, en su último período se vio influenciado por tendencias boloñesas