Narradora estadounidense cuya obra revela gran sensibilidad poética y poder descriptivo al evocar sus recuerdos de infancia en Nebraska, la dura lucha contra la naturaleza de los inmigrantes colonizadores y las contradicciones entre la ciudad y la tierra.
Perteneció a una familia de origen irlandés y alsaciano, y pasó su infancia en Nebraska, durante la época en que esta región occidental fronteriza era colonizada por inmigrantes checos y escandinavos; en medio de aquellos aventureros y campesinos de sangre ardiente, de un vigor y afán de vivir netamente opuestos a la árida y convencional respetabilidad de los norteamericanos "indígenas" de la comarca, pasó Cather los años de su formación; de aquellos hombres captó las esencias de las virtudes humanas básicas: pasión, vitalidad espiritual, "valor personal, magnanimidad y una bella y generosa conducta".
Cather era de espíritu sensitivo y selectivo, y sus maestros en el ámbito de las letras fueron Flaubert y Henry James, mientras sus preferencias literarias instintivas se dirigían hacia los exquisitos artífices de la prosa, Hawthorne, Turguenev, Mérimée, Conrad y Stephen Crane. Obstinada e independiente ya desde la niñez, luego de haberse graduado en la Universidad de Nebraska se aprestó a vivir con la mayor intensidad, tanto en su patria como en el extranjero, y se ganó mientras tanto el sustento como periodista, maestra o directora de revistas.
Cuando, gracias al ejercicio de tales ocupaciones, hubo ahorrado suficiente dinero, dejó de trabajar para los demás y empezó a escribir en provecho propio. Su primera novela, Alexander´s Bridge (1912) -precedida, en 1903, por un tomo de poesías-, seguía la tradición de James, pero el resultado dejó mucho que desear. El año siguiente, con O Pioneers!, la autora descubrió efectivamente su propia personalidad y vio reflejados en ella los inmigrantes de sus años juveniles.
Publicó a continuación una serie de narraciones poco significativas, hasta que volvió la vista al pasado, que trató de reflejar en novelas o crónicas literarias, tales como La muerte y el arzobispo (1927), situada en el ambiente del sudoeste hispano-católico, y Sombras en la roca (Shadows on the Rock, 1931), cuya acción se desarrolla en la francocatólica Quebec. Estas obras figuran entre las más bellas de esta autora. Viajó mucho por Europa y América y pasó los últimos años de su vida en Nueva York. Publicó también un volumen de ensayos titulado No antes de los cuarenta (Not Under Forty, 1936)
(Lucio Sergio Catilina; ?, h. 108 - cerca de Pistoia, 62 a. C.) Político romano de la época de las guerras civiles. Procedía de una familia patricia, aunque arruinada. Militó en el partido popular o democrático, enfrentado al grupo oligárquico que representaba Cicerón; tanto éste como Salustio (de similar tendencia política) nos han hecho llegar la imagen de Catilina como personificación de una juventud inmoral, atribuyéndole los rasgos del político corrupto y ambicioso.
Sabemos que fue agente de Sila y propretor de África (67 a. C.), pero que fracasó en su intento de hacerse elegir cónsul. Pasó entonces a la lucha subversiva, sea por sinceras convicciones democráticas o -como dijeron sus enemigos- porque necesitaba del poder para cubrir sus deudas.
La llamada «Conjuración de Catilina» (63-62 a. C.) comenzó con un intento fallido de asesinar a los dos cónsules electos, al tiempo que fracasaba una nueva candidatura de Catilina al Consulado; Cicerón denunció a Catilina en el Senado pronunciando un famoso discurso en el que le interpelaba diciendo: «¿Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia?»
Desenmascarado, Catilina huyó de Roma y se unió a sus partidarios sublevados en Etruria. Las Catilinarias de Cicerón, famosas piezas de oratoria política, fueron lanzadas en el Senado con motivo de los disturbios protagonizados en la ciudad por los partidarios de Catilina, que fueron detenidos. El propio Catilina fue derrotado y murió en el campo de batalla