Botánico español. Se dedicó principalmente al estudio de la flora mexicana. En 1787 participó en la expedición científica de Martín Sessé a Nueva España y al año siguiente fundó el Jardín Botánico de México
(Jerez de la Frontera, 1839 - Puerto Real, 1909) Almirante español. Tras completar su formación en la escuela naval, participó en numerosas acciones militares, tanto en el exterior como en el interior: en Marruecos (1853 y 1859); en la expedición a la Conchinchina y las Islas Filipinas (1862-65); en la guerra contra el Perú (1866); en el bloqueo de los puertos cubanos al comienzo de la insurrección (1868); en el levantamiento cantonal de Cartagena (1873); en la guerra carlista (1874); y en Filipinas nuevamente (1874-76).
Ya antes, en el año 1863, fue nombrado agregado a la delegación española en Washington. En el año 1891 se le nombró presidente de la comisión española en la Conferencia Naval Europea, celebrada en Londres. En el año 1892, el gobierno progresista de Mateo Práxedes Sagasta lo nombró ministro de Marina, cargo en el que estuvo tan sólo unos meses, al ser sustituido por el almirante Manuel Pasquín
El 8 de abril del año 1898, con el cargo de contraalmirante, salió de Cádiz al mando de la Escuadra del Atlántico, rumbo a Cuba, con la misión de sofocar los brotes independentistas de la colonia. Antes de salir en su misión, Cervera no pudo mantener una reunión en Madrid, como era su deseo, con los altos mandos de Marina para establecer un plan de operaciones conjunto y adecuado para arreglar la situación
Cervera era, sin duda alguna, uno de los mejores profesionales que tenía el ejército español en el convulso siglo XIX, junto con el general Weyler. Cervera consideró, desde un principio, descabellada e irresponsable la misión que se le había encomendado en las Antillas, habida cuenta de la manifiesta desproporción de fuerzas y calidades que existían entre la flota española y la estadounidense, la cual apoyaba abiertamente a los insurrectos cubanos. La proposición de Cervera era más realista: consistía en reforzar y defender las Islas Canarias y la propia península en previsión de posibles ataques de la armada yanqui. Pero su propuesta fue totalmente desoída por la Junta de Almirantes y por una gran mayoría del gobierno, imbuidos de un anacrónico patriotismo. Él supo a ciencia cierta que su misión esta condenada de antemano al fracaso.
El 19 de mayo del año 1898 llegó a Santiago de Cuba la Escuadra del Atlántico de Cervera, una vez que logró burlar el bloqueo de la zona por parte de la armada norteamericana. Finalmente, el 3 de julio de ese mismo año, Cervera se dispuso a cumplir disciplinadamente la orden dada por el gobierno y por el capitán general de Cuba, el general Blanco, de partir hacia La Habana. Cervera volvió a protestar, en un último intento por evitar la carnicería a la que se encaminaban sus hombres, pero fue en vano
Una vez que los seis barcos españoles abandonaron el seguro refugio del puerto, uno a uno fueron encañonados y hundidos por el certero fuego cruzado de los acorazados estadounidenses, al mando de los almirantes Sampson y Shely. Todo sucedió tal y como había previsto Pascual Cervera. La “batalla” apenas duró 15 minutos, costó la vida a unos 500 marineros españoles y aproximadamente fueron hechos unos 2.000 prisioneros, entre los que se contó el propio Cervera, que tuvo que ganar la costa a nado. El 16 de julio capituló la población de Santiago. Fue el final de la guerra de Cuba y la consiguiente pérdida de la última colonia española, junto con las Islas Filipinas, que ya habían caído el 1 de mayo del mismo año en poder de los norteamericanos
Una vez repatriado, en septiembre del mismo año, Pascual Cervera tuvo que sufrir un juicio militar por sus presuntas responsabilidades en el desastre colonial. Finalmente fue absuelto y publicó un libro de justificación sobre los acontecimientos coloniales, en el año 1899, titulado Colección de documentos. Desde el año 1901, desempeñó la jefatura del Estado Mayor Central de la Armada, para pasar a hacerse cargo de la Capitanía General de El Ferrol, desde el año 1905. En el año 1903 fue nombrado senador vitalicio por el gobierno presidido por Raimundo Fernández Villaverde. Ocupó dicho cargo hasta su muerte, acaecida en el año 1909