Director de cine francés. Estudió arquitectura en la escuela de Bellas Artes de París. En los primeros años treinta realizó su primer film animado, Cesar chez les Gaulois, cuando todavía era estudiante, además de desempeñar diversas funciones técnicas en otras películas. Su primer film de imagen real fue el cortometraje Soigne ton gauche (1936), interpretado por Jacques Tati.
A partir de esta fecha y hasta finales de la década realizó diversos documentales en Arabia y el norte de África, línea que mantuvo a su regreso a Francia hasta que dirigió su primer largometraje, La bataille du rail (1945), uno de los grandes filmes franceses de la resistencia y por el que ganó el premio al Mejor director del Festival de Cannes de 1946. Rodado casi completamente en exteriores y con actores no profesionales, esta crónica de la vida diaria durante la ocupación nazi le situó como la respuesta francesa a la escuela italiana de postguerra. Al año siguiente ejerció las labores de asesor técnico en La bella y la bestia (1946), de Jean Cocteau
Sus siguientes películas le convirtieron en una de las grandes figuras del cine francés de los años cincuenta. Recibió el Oscar de la Academia americana a la mejor película extranjera por Demasiado tarde (1948), con la que consiguió por segunda vez el premio al Mejor director en Cannes. Coproducción franco-italiana protagonizada por las dos estrellas más populares del momento en ambos países, Jean Gabin e Isa Miranda, es otra muestra de cine popular rodado en las calles de una ciudad de Génova destrozada por la guerra. Clément pone de manifiesto en esta cinta su militancia de izquierda y se inspira en el realismo poético francés de antes de la guerra.
Con su película más conocida y una de las mejores de su filmografía, Juegos prohibidos (1951), consiguió por segunda vez el Oscar y el León de Oro del Festival de Venecia. Desolador retrato de las consecuencias de la guerra a través de los ojos de dos niños, contiene secuencias de auténtica poesía, como el juego de los pequeños Brigitte Fossey y Georges Poujouly con las cruces del cementerio. François Truffaut, por entonces un joven crítico de Cahiers du cinéma, lo puso como ejemplo, junto con Claude Autant-Lara, del cine imperante por aquel entonces en su famoso ensayo "Una cierta tendencia del cine francés”, verdadero manifiesto fundacional de la Nouvelle vague francesa publicado en 1954 en el que criticaba duramente el trabajo de Clément. El propio André Bazin, el crítico más influyente del momento y padre espiritual de Truffaut, salió en su defensa y ejerció presiones para que su siguiente película, Monsieur Ripois (1954), recibiera la Palma de Oro del Festival de Cannes
Su siguiente gran aportación fue A pleno sol (1959), uno de los mejores policíacos franceses de la época. Adaptación de una novela de Patricia Highsmith, se trata de una escalofriante historia de suspense que supuso el lanzamiento internacional de Alain Delon como el inquietante y amoral asesino Tom Ripley. Con ella cerró Clément de forma extraordinaria su década de mayor éxito como director.
A partir de entonces se especializó en producciones internacionales entre las que destacan, por su excelente dominio del oficio de director y su maestría técnica, títulos como Los felinos (1964), protagonizada por Jane Fonda y Alain Delon, y ¿Arde París? (1967), adaptación de la exitosa novela de Dominique Lapierre. Con un exuberante reparto internacional ( Jean-Paul Belmondo, Charles Boyer, Kirk Douglas o Glenn Ford), este melodrama a gran escala sobre un hipotético incendio de París por parte de Hitler proporcionó a Clément su último gran éxito. Tras una serie de películas menores, se retiró del cine en 1975
(Tito Flavio Clemente; Atenas, c. 150-?, c. 213) Padre de la Iglesia griega. Discípulo de Panteno, al que sucedió en la cátedra de la escuela catequética de Alejandría, se vio obligado a huir a Capadocia por las persecuciones de Septimio Severo. Influido por el platonismo medio, estudió las relaciones entre el cristianismo y la filosofía griega y fue el iniciador de la elaboración científica de la teología. Es autor de Exhortación a los gentiles, Protréptico y Stromata