Emperador germánico (1138-1152) fundador de la Dinastía Hohenstaufen. Su predecesor Lotario II (último representante de la dinastía Franconia) había previsto que le sucediera en el trono su yerno, el güelfo Enrique el Soberbio, pero al morir Lotario de manera súbita, el clero, dirigido por Adalberto de Tréveris, designó al gibelino Conrado de Hohenstaufen, con lo que se reanudó la guerra civil entre güelfos y gibelinos que sumió a Alemania en la anarquía. El logro más importante de su reinado fue la difusión del imperio a expensas de los eslavos y escandinavos. Participó en la segunda cruzada (1146-1149) pero regresó derrotado. A su muerte Alemania estaba en el más absoluto caos. Le sucedió el duque de Suabia que reinaría con el nombre de Federico I Barbarroja
(Andria, actual Italia, 1228-Lavello, id., 1254) Emperador de Alemania (1250-1254) y rey de Sicilia (1237-1254). Su padre Federico II le entregó en 1237 el gobierno de Sicilia, hasta entonces en manos de su hermano Enrique. A la muerte de su padre, Conrado IV se convirtió en el nuevo emperador de Alemania, con la oposición papal. Su reinado se caracterizó por las convulsiones que sacudieron Alemania, donde parte de la nobleza se negaba a reconocer la autoridad de los Hohenstaufen y, apoyada por el Papa había escogido, en vida aún de Federico, a Guillermo de Holanda como emperador. Sicilia e Italia estaban revueltas por las luchas entre los partidarios del Papa (güelfos) y los del emperador (gibelinos). A su temprana muerte, dejó la Corona y sus pretensiones imperiales a su hermano Manfredo