Marqués de Montferrato (1188-1192), señor de Tiro (1187-1192) y rey electo de Jerusalén (1192). En Constantinopla ayudó a Isaac II Angelo en su lucha contra sus competidores y contra los germanos. Volvió a Italia hacia 1188 para posesionarse de la sucesión de su padre. Al conocer la caída de Jerusalén y los éxitos de Saladino se embarcó en una nueva cruzada. Se desposó con Isabel de Anjou y, después de algunas luchas, fue elegido rey de Jerusalén. Murió al poco tiempo a manos de un miembro de la secta de los asesinos
(c. 990-Utrecht, 1039) Emperador germánico. Cuando murió Enrique II (1024) se extinguió la casa de Sajonia que había gobernado el Imperio germánico durante ciento cinco años. En el mismo año Conrado II fue elegido rey de Germania, fundando así la dinastía de Franconia (1024-1125), y dos años más tarde fue coronado emperador en Roma. Continuó la política general de Enrique II, mantuvo las regalías y actuó enérgicamente contra la Iglesia; se apoyó en la pequeña nobleza para contrarrestar al clero y a los magnates, pero, aunque consiguió el apoyo de aquéllos, aseguró la feudalización final de Alemania al hacer hereditarios los feudos. Incorporó a sus Estados el reino de Borgoña (1032), con lo que quedó asegurado el paso a Italia. Combatió la sublevación del arzobispo de Milán (1037) sin que pudiera vencerle; aunque fracasó ante los húngaros (1030), rechazó a los polacos más allá del Oder (1031-1032)