Erudito español. Fue discípulo de Menéndez Pelayo. Se especializó en el estudio del teatro español (Bibliografía de las controversias sobre la licitud del teatro en España, 1904). Editó, entre otros, a Tirso de Molina y a Lope de Vega. Es autor, además, de trabajos sobre ópera (1917) y sobre zarzuela (1934). Miembro de la Real Academia Española desde 1898
(Vega de Ribadeo, 1880 - Madrid, 1950) Escritor y erudito español. Estudió Filosofía y Letras en Madrid, donde se doctoró. En 1904 obtuvo por oposición la Cátedra de Lengua y Literatura Española de la Universidad de Santiago, en la que también fue catedrático de teoría de las artes. La llegada de Cotarelo a las aulas compostelanas renovó a fondo la mortecina vida universitaria de Santiago y supuso una importante revitalización de los estudios galleguistas.
En 1920 fue elegido miembro de la Real Academia Gallega y en 1923 fue nombrado primer presidente del Instituto de Estudios Gallegos; en 1929 fue elegido miembro numerario de la Real Academia Española en representación de las letras gallegas. En 1939 fue designado catedrático de Filología Galaico-Portuguesa en la Universidad Central de Madrid. Ingresó en la Real Academia de la Historia en 1942. Al fundarse el Instituto de España, fue nominado su Secretario General Perpetuo. En 1949 fue Procurador en Cortes por representación académica
La enciclopédica cultura de Armando Cotarelo más parecía propia de un hombre del Renacimiento que de uno de su época. Se dedicó a las más diversas actividades, y en todas dejó la impronta de su genio. Fue poeta, comediógrafo y novelista en gallego y en castellano, filólogo, erudito, historiador, crítico de arte, arqueólogo, astrónomo, director de escena, recopilador de folklore, conferenciante de gran brillantez y profundo conocedor del latín.
Cotarelo fue un importante propulsor del teatro gallego en los años veinte, especialmente en los ambientes universitarios: varias de sus obras fueron estrenadas por estudiantes de las aulas compostelanas; en ellas, el propio Cotarelo participó como director de escena y escenógrafo. El teatro de Cotarelo continúa la senda realista de la escena de su época, pero con muchos toques de drama poético. Incluso una obra inédita hasta 1992, “Erase una vez un rey…” (la única escrita enteramente en castellano) se inserta plenamente en el modernismo. En sus obras dramáticas se advierte una gran destreza técnica, quizás nacida de su dominio del teatro clásico español, indudablemente muy superior a la de sus contemporáneos de la escena gallega. También son muy destacados el cuidadoso retrato psicológico de los personajes y la enorme riqueza lingüística
Entre sus piezas teatrales se encuentran Trebón (1922), de ambiente labriego; Sinxebra (1923), en gallego y castellano, una comedia sentimental, cuya acción se desarrolla en un pazo; Lubicán (1924), en que se da cuenta de la persecución de la mujer de aldea por el hombre de ciudad; Hostia (1926), sobre el suplicio de Prisciliano; Beiramar (1931), drama de fuertes pasiones, de ambiente marinero; Mourenza (1931), de ambiente marinero. Ultreya, obra escrita en castellano y gallego, es un libreto de ópera, con música de Rodríguez Losada, estrenado en 1935, aunque todavía permanece inédito
Su narrativa incluye unas Memorias de un escolar de antaño que comprenden dos novelas, escritas ambas en castellano: Palladys Tyrones y La enseña radia. La acción tiene lugar en Galicia durante la Guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas. El Pazo (1923) es una obra bilingüe, castellana y gallega; Contos de Nadal, colleitos de pobo (1927) es una colección de relatos cortos escritos en gallego
Cotarelo tuvo un gran afán por cultivar saberes muy alejados de los suyos, como la astronomía, la arqueología y la heráldica, sobre las que escribió diversas obras. Como crítico de arte e historiador publicó su fundamental Historia crítica y documentada de la vida y acciones de Alfonso III el Magno, último rey de Asturias, premiada por la Real Academia de la Historia en 1916, pero no publicada hasta 1933. Otras obras historiográficas son Fray Diego de Deza, ensayo biográfico (1905), Matrimonios de Ramiro I de Asturias (1922), Semblanza de Marco Fabio Quintiliano (1942) y Un académico modelo: Don Martín Fernández de Navarrete en la Real Academia Española (1945)
En su obra filológica, Cotarelo se dedicó tanto a las letras gallegas como a las castellanas; destacó especialmente con sus estudios cervantistas. El Teatro de Cervantes, publicado en 1915, premio Berwick y Alba de la Real Academia Española, es una magna obra de 770 páginas que aún hoy es de consulta imprescindible para quienes estudian el teatro cervantino. También de gran mérito son Padrón literario de Miguel de Cervantes Saavedra (1948), Cervantes lector (interesante estudio sobre las lecturas cervantinas), La belleza femenina en las obras de Cervantes (1905) y Obras perdidas de Cervantes que no se han perdido (1947). En su estudio El teatro de Quevedo (1945), Cotarelo contribuyó a desterrar varias falsas atribuciones de entremeses a don Francisco. Su tesis doctoral se dedicó a las letras gallegas: Una cantiga célebre del Rey Sabio. Fuentes y desarrollo de la leyenda de Sor Beatriz, principalmente en la literatura española.