Rey de los francos (629-639). Hijo de Clotario II. Acumuló en su persona los reinos de Austrasia, que poseía desde 623, Borgoña y Neustria. En 638 logró someter a los gascones, unificando los sistemas jurídicos y económicos de sus Estados, con la ayuda de sus ministros, entre los que destacan el famoso Eligio. Todas estas acciones contribuyeron a la reconstitución de la unidad del reino franco y a la paralización del proceso de desintegración de la Dinastía Merovingia. Su muerte supuso la desmembración de sus Estados entre sus dos hijos Sigeberto III y Clodoveo II
(?-679) Rey de Austrasia (676-679). Hijo de Sigeberto III y nieto de Dagoberto I. El mismo año de la muerte de su padre (656) fue confinado a un monasterio irlandés por intervención de Grimoaldo, mayordomo de palacio (encumbrados en los años precedentes, los mayordomos absorbían gran parte del poder, suplantando, incluso, a los soberanos). Tras la muerte del rey Childerico fue llamado al trono. Murió asesinado en el bosque de Woëvre, situado en las proximidades de Stenay