Coreógrafo, mecenas y empresario ruso. Amante y conocedor de todas las artes, organizó exposiciones y conciertos hasta que, en 1909, presentó sus Ballets rusos en París, donde cosechó un gran éxito y reunió a los mejores bailarines y coreógrafos (A. Pavlova, V. Nijinski, S. Lifar, G. Balanchin), pintores (Picasso, Matisse, Braque, Miró) y músicos (Debussy, R. Strauss, Falla, Satie, Poulenc) en una de las mejores compañías de la historia del ballet. Introdujo varias novedades, como el protagonismo de los bailarines junto a las bailarinas, la revalorización del cuerpo de baile y la primacía de la expresividad sobre el mero virtuosismo acrobático
(Madrid, 1625- id., 1687) Dramaturgo español. Procedente de una familia grecosiciliana, fue presbítero y caballero de la orden de San Juan. Escribió unas cuarenta comedias, ingeniosas y de buen gusto, aunque no muy originales (La judía de Toledo, El honrador de su padre y Juanilla la del Jerez)