Rey de Inglaterra (1461-1483). Junto a su padre, Ricardo, duque de York, se enfrentó al rey Enrique VI, al cual derrotó gracias al apoyo del conde de Warwick, Ricardo Neville. Tras deponer a Enrique VI y encerrarlo en la Torre de Londres, fue coronado rey, pero al poco tiempo perdió el apoyo del duque de Warwick, quien liberó a Enrique y lo presentó como rey para utilizarlo contra él. Obligado Eduardo IV a huir a Francia, desde allí buscó el apoyo de las clases medias y de Carlos el Temerario de Borgoña. En 1471, desembarcó de nuevo en Inglaterra, derrotó a Warwick en la batalla de Barnet, en la cual éste pereció, para, a continuación, hacer lo mismo con las fuerzas de la reina Margarita en Tewkesbury. Con la reina encerrada en la Torre de Londres y Enrique VI asesinado, Eduardo se afirmó en el poder, con medidas como la creación de la «Cámara Estrellada». A su muerte, dejó el reino a su hijo Eduardo V, aún niño, bajo la tutela de su hermano Ricardo
(Westminster, 1470-torre de Londres, 1483) Rey de Inglaterra (1483). Sucedió a su padre, Eduardo IV. Su tío Ricardo, Duque de Gloucester, usurpador del trono con el nombre de Ricardo III, ordenó su muerte, acaecida en la torre de Londres