Rey de Castilla (1390-1406). Sucedió a su padre, Juan I. Llamado el Doliente por su débil constitución, se hizo cargo del poder en 1393, tras una minoría de edad alterada por la masacre de judíos (1391) y por los desórdenes instigados por el consejo de regencia múltiple. Consiguió dominar a la nobleza y neutralizó a las ciudades con la implantación de corregidores. Rechazó a los portugueses y emprendió la conquista de las Canarias. Casado con Catalina de Lancaster, descendiente de Pedro el Cruel, este matrimonio favoreció el final de las hostilidades entre Inglaterra y Castilla, con lo que que se facilitó el afianzamiento del comercio castellano en el Atlántico. Murió cuando preparaba una expedición contra Granada
(?, 1017-Bodfeld, Harz, 1056) Emperador germánico (1039-1056). Sucedió a su padre, Conrado II. Coronado en Roma (1046), fortaleció su autoridad frente a los señores feudales de Lorena y Baviera. En 1041 logró someter a los eslavos de Bohemia. Se mostró partidario del reformismo eclesiástico y de la orden de Cluny. Su intervención en cuestiones religiosas se cifró en la deposición de tres papas y en el nombramiento de Clemente II, Dámaso II, León IX y Víctor II, todos ellos alemanes fieles a su concepción imperial