Arquitecto catalán, probablemente de origen mallorquín, activo entre fines del s. XIII y primera mitad del s. XIV. Construyó la iglesia y el convento de los dominicos en Palma de Mallorca. Desde 1317 dirigió las obras de la catedral de Barcelona, donde, parece, realizó la puerta de San Ivo, el ábside y la cripta de Santa Eulalia
(Saint-Léons, 1823 - Sérignan, 1915) Naturalista francés. Fue una popular figura de maestro elemental casi autodidacto, típica de una época de la cultura europea y de un ambiente donde un espontáneo y lozano amor a la naturaleza se convertía en ciencia y el positivismo científico se hacía poesía. Durante su juventud conoció una existencia mísera y se ganó la vida mediante labores campesinas; probablemente entonces, puesto en contacto con las plantas y los animalillos del campo, sintió nacer el amor minucioso y paciente por las cosas de la Naturaleza y singularmente por los insectos, que tanta fama había de proporcionarle.
Además de trabajar y observar, iba estudiando, sin nadie que le orientase. De esta suerte pudo ingresar en la Escuela Normal para maestros elementales, de Aviñón. Obtenido el título correspondiente, enseñó en Carpentras y Ajaccio, prosiguió sus investigaciones entomológicas y compuso numerosos textos escolares para la enseñanza de las ciencias, de la Botánica en particular.
En 1852 obtuvo la cátedra de Química del liceo de Aviñón, donde permaneció hasta 1871; en esta fecha, ya tranquilo en cuanto a su situación económica (sus obras habían alcanzado una considerable popularidad), se retiró a la vida privada y volvió al campo. A partir de 1878 vivió en su retiro de Sérignan, donde murió. De sus textos, conocieron una celebridad mundial los Recuerdos entomológicos, diez tomos (o, mejor, diez series de ensayos, por cuanto no se trata de una obra sistemática) publicados entre 1879 y 1907