Físico teórico estadounidense. Revisó todo el panorama de la electrodinámica cuántica, y revolucionó el modo en que la ciencia entendía la naturaleza de las ondas y las partículas elementales. En 1965 compartió el Premio Nobel de Física con el estadounidense Julian S. Schwinger y el japonés Tomonaga Shinichiro, científicos que de forma independiente desarrollaron teorías análogas a la de Feynman, aunque la labor de este último destaca por su originalidad y alcance. Las herramientas que ideó para resolver los problemas que se le plantearon, como, por ejemplo, las representaciones gráficas de las interacciones entre partículas conocidas como diagramas de Feynman, o las denominadas integrales de Feynman, permitieron el avance en muchas áreas de la física teórica a lo largo del período iniciado tras la Segunda Guerra Mundial.
Descendiente de judíos rusos y polacos, estudió física en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, y se doctoró luego en la Universidad de Princeton, donde colaboró en el desarrollo de la física atómica entre 1941 y 1942. Los tres años siguientes lideró el grupo de jóvenes físicos teóricos que colaboraron en el Proyecto Manhattan en el laboratorio secreto de Los Álamos, bajo la dirección de Hans Bethe.
En los años cincuenta justificó, desde el punto de vista de la mecanica cuántica, la teoría macroscópica del físico soviético L. D. Landau, que daba explicación al estado superfluido del helio líquido a temperaturas cercanas al cero absoluto, estado caracterizado por la extraña ausencia de fuerzas de rozamiento.
En 1968 trabajó en el acelerador de partículas de Stanford, período en el que introdujo la teoría de los partones, hipotéticas partículas localizadas en el núcleo atómico, que daría pie más tarde a la introducción del moderno concepto de quark. Su aportación a la física teórica ha quedado recogida en títulos tales como Quantum Electrodynamics (1961) y The Theory of Fundamental Processes (1961)
(Vila da Frades, 1857 - 1911) Escritor portugués. Hijo de un maestro rural, de quien recibió los primeros rudimentos culturales, marchó en 1866 a Lisboa, donde en el Colegio Europeo siguió los estudios elementales, que terminó en 1872. En su autobiografía se definió "un muchacho triste y tranquilo", aunque su espíritu alentara instintos de rebelión contra la miseria que le apenaba.
Durante siete años, hasta 1880, trabajó como dependiente en una farmacia del Largo de Mitelo; pero los escasos ingresos que tal empleo le proporcionaba le forzaron a dar lecciones particulares y a colaborar en revistas de ínfima categoría. Mientras tanto, matriculado en el liceo para no "pudrirse entre emplastos y píldoras", leía afanosamente las obras de los escritores portugueses más ilustres posteriores a 1830.
El primer año de sus estudios universitarios en la Escola Politécnica quedó interrumpido por la muerte de su padre. Graduado, a costa de grandes sacrificios, en Medicina, ejerció por breve tiempo la profesión médica y tendió a cultivar únicamente las Letras. En 1881 publicó su primer libro de narraciones (Cantos), dedicado a Camillo Castelo Branco, y el año siguiente La ciudad del vicio, posiblemente su mejor obra narrativa.
Alentado por un sentimiento de rebeldía contra la aristocracia y la monarquía, en 1889 aceptó con entusiasmo la propuesta del editor Alcino Aranha, de Oporto, para la publicación de una crónica (al principio mensual y luego semanal) de la vida portuguesa inspirada en las Farpas de Ramalho Ortigão; tales relatos, aparecidos con el título de Os gatos de 1889 a 1894, convirtieron a Fialho de Almeida en uno de los liberalistas europeos más característicos de los últimos años del siglo pasado.
Colaboró además en periódicos y otras publicaciones de Portugal y el Brasil, y compuso crónicas (firmadas con el seudónimo de "Valentim Demónio") y críticas literarias y teatrales; fue célebre la amargura con que conmemoró la muerte de Eça de Queiroz. Narrador admirable además de periodista, dio a la literatura portuguesa algunas de sus páginas más significativas.
Publicó aún los libros Pasquinadas (1890), Lisbõa galante (1890), Vida irónica (1892), El País de las uvas (1893) y A Esquina (1903). Casado con una parienta provinciana, en los últimos años de su vida se retiró al nativo Alemtejo, donde llevó una existencia de pequeño propietario rural. Póstumas aparecieron Barbear, Pentear (1911) y otras colecciones de su mejor producción periodística