Astrónomo francés. Autor de diversas obras, desde 1883 dirigió el Observatorio de Juvisy, fundado por él mismo, desde el que efectuó numerosas investigaciones sobre astronomía, meteorología y climatología. Fundó la revista mensual L´Astronomie en 1882 y la Sociedad Astronómica de Francia, de la que fue presidente hasta su muerte. El reconocimiento de Flammarion se debe a que fue el primer divulgador serio de la astronomía -y uno de los autores más traducidos-, ciencia que puso al alcance de los aficionados
Destinado a la carrera eclesiástica, Flammarion cursó estudios de teología en el seminario de la ciudad de Langres, actividad que tuvo que abandonar por algún tiempo debido a diversos reveses económicos de su familia, tras de lo cual entró como aprendiz en un taller de grabado. Después de reanudar sus estudios, Flammarion los dejó por completo para dedicarse a su gran pasión, la astronomía, que estudiaba como aficionado desde que era niño.
En 1858, con dieciséis años de edad, Flammarion fue admitido en el Observatorio de París, donde trabajó en la Oficina de Longitudes durante cuatro años, hasta la publicación en 1862 de su primera obra de carácter divulgativo, La pluralité des mondes habités, que colocó al joven científico entre los primeros puestos de divulgadores científicos del país y le reportó una fama impresionante. Dos años más tarde, Flammarion pasó a dirigir la prestigiosa revista astronómica Cosmos y se hizo cargo del departamento científico de Siécle, en la cuan inauguró un curso de astronomía dirigido a los lectores no especializados que desde el primer momento tuvo un éxito inesperado.
Gracias a la fama y el prestigio alcanzados, Flammarion pudo abandonar sus empleos oficiales para dedicarse por su cuenta a la investigación astronómica. A partir de 1868 llevó a cabo varias ascensiones en globo con el objeto de estudiar el estado higrométrico y la dirección de las corrientes en la atmósfera. Un año antes había publicado una de sus obras más famosas, Histoire du ciel, en la que hizo una magnífica descripción novelada histórico-filosófica del cielo estrellado. La popularidad y el desahogo económico proporcionado por los trabajos y libros publicados le permitieron establecer su propio laboratorio y trabajar con mayor libertad, presciendiendo de organismos oficiales.
Tras dar a la imprenta un ingente número de obras y ensayos científicos, como Catalogue des étoiles doubles et multiples en mouvement relatif certain, de 1878, dos años más tarde publicó la que, sin duda alguna, sería su obra más conocida, de la que se llegaron a vender cien mil ejemplares, algo impresionante para la época, Astronomie Populaire, libro que fue premiado por la Academia Francesa de las Ciencias
Además de proseguir con su infatigable labor como divulgador científico escribiendo libro tras libro, en 1882 Flammarion fundó la revista mensual L´Astronomie, desde la cual no dejó de escribir enjundiosos artículos y reseñas. Buscando una mayor tranquilidad y espacio para sus investigaciones, al año siguiente se trasladó a la ciudad de Juvisy, próxima a París, donde instaló su ya famoso observatorio particular.
En Juvisy, la popularidad de Flammarion alcanzó cotas enormes, si bien no abandonó nunca su estilo divulgativo en sus obras que, además, tenían un alto nivel científico y de erudición, y originalidad en sus temas: el estudio de las estrellas múltiples y dobles, a las que clasificó en once mil grupos diferentes; investigaciones sobre topografía y morfogénesis de Marte y la Luna; sobre las manchas del Sol; sobre el movimiento de las estrellas y su distancia; sobre las variaciones de la eclíptica; sobre la existencia de un planeta trasneptuniano; y un largo etc. A todo esto se añade la calidad literaria de sus obras, que explica en gran manera el éxito que tuvo y la facilidad para interesar a los profanos
A medida que profundizaba en sus estudios astronómicos sus creencias religiosas se fueron relajando, a lo cual contribuyó también la aparición en escena de Allan Kardec y sus obras. Flammarion se convirtió en uno de los mayores entusiastas del espiritismo, aunque ni su labor científica ni el enfoque de sus publicaciones resultaron afectados por éste. Miembro de infinidad de sociedades científicas francesas y extranjeras, los últimos años de su vida los dedicó casi por completo al estudio sobre el planeta Marte; fue uno de los primeros en creer en la posibilidad de habitar el planeta rojo.
La muerte le sorprendió en medio de los preparativos y selección de un considerable material que tenía previsto publicar sobre Marte, labor que se encargó de continuar su segunda esposa, la también astrónoma Gabriella Flammarion, quien asumió la dirección del observatorio, la presidencia de la Sociedad y de la revista fundada por su marido
De la impresionante producción científica de Flammarion, cabe destacar una pequeña parte, casi todas ellas traducidas al español: Etudes et lectures sur L´Astronomie (1867-1880), Voyages en ballon (1870), Lumen (1872), Petit Astronomie descriptive (1877), Les étoiles et les curiosités du ciel (1881), Le planéte Mars et ses conditions d´habitabilité (1893), y, por último, Astronomie des dames (1903). Tras su muerte, todo el conjunto de sus obras y artículos fueron recogidos por la Academia de Ciencias de París bajo el título de Comptes Rendus
(Denby, Inglaterra, 1646-Greenwich, id., 1719) Astrónomo inglés. En 1675 se convirtió en el primer director del Real Observatorio de Greenwich, cargo que ejerció hasta su muerte. Sus trabajos hicieron posible la corrección de un gran número de errores en las tablas astronómicas, y ayudó a fijar el comienzo de la moderna astronomía práctica. Su Historia coelestis britannica (1725), en la que enumera más de 3 000 estrellas, registra sus observaciones personales, a las que añade buena parte del corpus astronómico de su época. En su Atlas coelestis, ideó un sistema de proyección en que el meridiano correspondiente a la mitad del mapa y todos los paralelos son líneas rectas, mientras que los meridianos son curvos. Las observaciones lunares efectuadas por Flamsteed sirvieron de base a sir Isaac Newton en sus estudios de la teoría de la gravitación