Ingeniero y político francés que fue en cuatro ocasiones primer ministro (1879-1880; 1882; 1886-1887; 1890-1892) y varias veces ministro de Asuntos Exteriores y de la Guerra. Además de su importante papel como político, Freycinet destacó como ingeniero cuando estuvo al frente del ministerio de Obras Públicas (1877-1879), en el que llevó a cabo un programa de desarrollo que llevó su nombre para promover la reconstrucción y ampliación de las vías de comunicación, sobre todo las ferroviarias y los canales, y favorecer la expansión económica del país asegurando un mercado a la naciente industria pesada.
En 1846 ingresó en la École Polytechnique de París, donde se licenció como ingeniero de minas. Freycinet comenzó a ejercer su profesión en sucesivos sitios, en Mont de Marian (1852), Chartres (1854) y Burdeos (1855), hasta que al año siguiente entró al servicio de la Compañía de Ferrocarriles del Mediodía como jefe de explotación de la línea, cargo que desempeñó por espacio de cinco años y en el que demostró poseer importantes aptitudes organizativas. A partir de 1862 fue empleado por el ministerio de Obras Públicas para realizar misiones de relevancia en el extranjero, publicando con tal motivo diversas memorias en las que relataba minuciosamente todo lo que había aprendido y visto a su paso por varios países europeos.
En 1870, tras la caída del imperio encarnado por Napoleón III (1852-1870) durante la Guerra Franco-prusiana, Freycinet ofreció sus servicios al jefe del gabinete del primer Gobierno formado en la Tercera República Francesa, Leon Gambetta, quien le confió la prefectura general del departamento Tarn-Garona. En octubre de ese mismo año, Gambetta volvió a confiar en Freycinet y le nombró jefe delegado del ministerio de la Guerra, en cuyo cargo Freycinet acabó desempeñando las funciones de verdadero ministro. En su nueva faceta, Freycinet desarrolló una impresionante labor de reforma del ejército francés en apenas unos meses que proporcionó a Gambetta la fuerza necesaria para frenar el avance armado prusiano sobre Francia y forzar la firma de un armisticio entre ambos países.
Asentado como un miembro relevante de la nueva clase política surgida tras el desmoronamiento del Imperio napoleónico y el advenimiento de la Tercera República, Freycinet consiguió en 1876 un escaño como senador (renovado periódicamente sin interrupción hasta 1920). En 1877, el primer ministro Jules Dufaure le confirió la cartera de Obras Públicas. Freycinet elaboró un vasto plan consistente en terminar la red de líneas férreas y en completar el sistema de vías navegables del interior siguiente el modelo británico.
En diciembre de 1874, el nuevo presidente de la República Jules Grévy le encargó la formación de un nuevo Gobierno que aceptó una vez que consultó con Gambetta, su jefe y mecenas político. Este gabinete tan sólo duró hasta septiembre del año siguiente, ya que Freycinet perdió la confianza del Parlamento al llevar adelante los decretos contra ciertas congregaciones religiosas que no estaban legalizadas. Desde su puesto de senador y como ministro de Asuntos Exteriores, entre enero y agosto de 1882, Freycinet contribuyó decisivamente a la caída del gabinete por su imprudente decisión de tomar por la fuerza el Itsmo de Suez, situación que a punto estuvo de provocar una guerra entre Francia e Inglaterra.
Aún así, ese mismo año Grévy encargó de nuevo formar un segundo gabinete pero, al no poder sostenerlo por la falta de coaliciones y apoyos firmes a su política, no tuvo más remedio que dimitir y facilitar la subida de Brisson quien, en muestra de agradecimiento político, le nombró ministro de Asuntos Exteriores. Al retirarse Brisson de la escena política, Freycinet volvió a hacerse cargo del gabinete en enero de 1886. Pero, al igual que ocurrió con su segundo gabinete, Freycinet no pudo sostener el Gobierno a causa de la grave tensión surgida en el Parlamento entre los partidos y por la creciente agitación social alimentada por las cada día más importantes agrupaciones socialistas y anarquistas. Por fin, en mayo de 1887, el tercer Gobierno de Freycinet fue severamente derrotado en las urnas.
En abril de 1888, Freycinet aceptó del primer ministro Floquet hacerse cargo del ministerio de la Guerra, con lo que se convirtió en el primer ministro no militar que accedía a semejante puesto. Freycinet permaneció en el ministerio los cinco siguientes años bajo cinco gabinetes diferentes, incluido el cuarto suyo, donde siguió demostrando su capacidad organizativa al establecer el servicio militar obligatorio de tres años y al crear el Consejo Supremo de Guerra, organismo que reunía a todos los generales y altos oficiales de mando. En enero de 1893, la situación política de Freycinet se vio comprometida al verse salpicado por el escándalo financiero surgido a propósito de la construcción del canal de Panamá, lo que provocó que presentara su dimisión en el ministerio
En los años siguientes, Freycinet permaneció alejado del poder, aunque no disminuyó su influencia en el Senado, pues participó en todos los debates de la Cámara. En 1898 fue de nuevo ministro de Guerra con el gabinete de Dupuy, pero en seguida abandonó el cargo debido a su avanzada edad. Dedicado por entero a su labor como senador, en 1905 rehusó el ministerio de Estado.
Con setenta y siete años de edad, cuando parecía que su brillante carrera política había llegado a su fin, el estallido de la Primera Guerra Mundial le devolvió el protagonismo político. De octubre de 1915 a diciembre de 1916, Freycinet estuvo al frente del ministerio de Estado, sin que en esos trágicos momentos para su país demostrara señales de cansancio o abandono de sus actividades. En 1920 Freycinet renunció a presentarse para el Senado haciendo caso omiso a las múltiples peticiones de sus compañeros de partido y electores. Hasta sus últimos momentos de vida conservó una lucidez portentosa, como demostró al manifestar públicamente la poca confianza que tenía en que se cumplieran las cláusulas establecidas en el Tratado de Versalles (1919)
Según la mayoría de los historiadores y estudiosos sobre el período que le tocó vivir, Freycinet fue uno de los valores más positivos surgidos al calor de la Tercera República Francesa. Dotado de un gran talento y de una sólida preparación científica y capacidad para el trabajo, sus absorbentes tareas como político no le impidieron publicar un ingente número de obras científicas y técnicas de una erudición impresionante,
(Recife, 1900 - 1987) Escritor y ensayista brasileño. En 1918 se trasladó a Estados Unidos, donde se especializó en Ciencias Políticas, Jurídicas y Sociales en las universidades de Baylor y de Columbia. Allí entró en contacto con grandes figuras de la literatura en lengua inglesa como A. Lowell, V. Lindsay y W. Butler. Viajó a Europa, cursó estudios en Oxford y en otras universidades y regresó a Recife en 1923.
Allí dio comienzo su actividad intelectual, que orientó hacia la investigación histórica y sociológica. Renovó los métodos de análisis y de introspección de estas disciplinas, divulgó a autores extranjeros todavía desconocidos en su país y estimuló al grupo de intelectuales en el que se había integrado (entre ellos O. Montenegro, C. Días y J. Lins do Rego) para analizar con una nueva sensibilidad los problemas nacionales y redescubrir la región Nordeste de Brasil.
Surgió así, entre 1923 y 1928, el Movimiento Regionalista y Tradicionalista. También en Recife, en 1926 organizó el primer Congreso Regionalista Brasileño. El Movimiento Regionalista reveló el compromiso social del escritor. Con mayor madurez y rigor científico que la corriente modernista llamada "antropofagia", proclamó la necesidad de mantenerse independiente de la cultura europea y estadounidense, y aunque con la debida consideración a la herencia portuguesa, de conservar y desarrollar las tradiciones y valores propios de la civilización brasileña, crisol de razas y culturas diversas demasiado tiempo menospreciadas.
Dichos valores y tradiciones, según Gilberto Freyre, se encontraban ya "en armonía con las condiciones tropicales y con las características mestizas del Brasil". Fue profesor universitario de Sociología, y secretario del gobernador E. Coimbra. Durante la Revolución se exilió voluntariamente a Europa entre 1930 y 1932. En 1934 organizó el Primer Congreso de Estudios Afrobrasileños, y en 1935 fue nombrado catedrático de Sociología en la Universidad de Recife.
Renunció a sus numerosos cargos docentes en Brasil y en otros países, así como a los cargos políticos en calidad de Diputado Federal (1946-1950) y de representante de Brasil en las Naciones Unidas, para poder dedicarse en exclusiva a sus investigaciones. Fue miembro de numerosas asociaciones culturales internacionales, y recibió diversos e importantes galardones en todo el mundo por su obra, que fue traducida a diversos idiomas.
Con Casa grande e senzala (1933) inició su trilogía sobre la historia social brasileña. En ella, con un estilo sobrio y muy personal, narra "la historia de la formación de la familia brasileña en un régimen económico patriarcal". Se basó en una vasta labor de documentación que tuvo en cuenta testimonios hasta entonces ignorados, como anuncios de prensa, periódicos y declaraciones de esclavos, y reconstruyó la estructura de la sociedad colonial brasileña mediante un análisis psicológico y sociológico.
En Sobrados e mocambos (1936) estudia la "decadencia del patriarcado rural brasileño y el desarrollo de la familia urbana". En Ordem e progresso (1959), última parte de la trilogía, analiza el "proceso de desintegración de la sociedad patriarcal y semipatriarcal brasileña". Entre sus numerosas obras destacan también Nordeste (Nordeste, 1937), O mundo que o português criou (1940) primero de la serie dedicada a la expansión de la civilización portuguesa en el mundo, Regiao e tradiçao (1941), Problemas brasileiros de antropologia (1943), Brazil: an interpretation (1945), Talvez poesia (1952), Aventura e rotina y Um brasileiro em terras portuguesas (1953), donde recoge las impresiones de su viaje por países lusófonos. También O luso e o trópico (1961), Dona Sinhá e o filho padre (1946) y O outro amor do Dr. Paulo (1977)