Pedagogo brasileño. Estudió filosofía en la Universidad de Pernambuco e inició su labor como profesor en la Universidad de Recife, como profesor de historia y filosofía de la educación. En 1947 inició sus esfuerzos para la alfabetización de adultos, que durante los años sesenta trataría de llevar a la práctica en el nordeste de Brasil, donde existía un elevado índice de analfabetismo. A partir de entonces, y desde unas creencias profundamente cristianas, concibió su pensamiento pedagógico, que es un pensamiento político. Promovió una educación humanista, que buscase la integración del individuo en su realidad nacional. Fue la suya una pedagogía del oprimido, ligada a postulados de ruptura y de transformación total de la sociedad, que encontró la oposición de ciertos sectores sociales. Publicó, entre otros títulos, La educación como práctica de la libertad (1967), Pedagogía del oprimido (1969) y Educación y cambio (1976)
(Santiago de Chile, 1787-id., 1851) Militar y político chileno. Tras ingresar en el ejército nacional en 1811, participó en las luchas por la independencia. A su término, y durante la restauración del régimen colonial español (1814-1817), se alistó en el escuadrón del almirante William Brown, corsario que se dedicaba a asaltar buques españoles.
En 1819 fue nombrado intendente de Concepción, cargo desde el que se opuso a la política gubernamental del presidente Bernardo O´Higgins. En 1823, y tras varias disputas con el gobierno central, protagonizó un pronunciamiento que derrocó a O´Higgins y le permitió ocupar el poder. Durante su gobierno, en realidad un régimen dictatorial, impulsó una política liberal y nacionalista, cuyo principal punto de fricción fueron las relaciones diplomáticas y económicas entre la recién instaurada República y la ex metrópoli.
Al no llegar a un acuerdo con las autoridades españolas, optó por expulsar a las tropas coloniales destacadas en la isla de Chiloé, poniendo así fin a la presencia militar española en Chile. Ello le reportó cierto favor popular, pero la creciente crisis económica, a la que no supo poner freno ni encontrar remedio, le enemistó con la clase política, que pronto lo abandonó.
Sin apoyos, y sin unas estructuras administrativas suficientemente consolidadas para gobernar, decidió renunciar al poder. Presentó la dimisión en julio de 1826, si bien regresó en 1827, durante un breve período, para poner fin a un motín militar.
En 1830, descontento con el gobierno conservador que había alcanzado el poder, organizó una revuelta, cuya culminación, en la batalla de Lircay (abril de 1830), fue adversa a sus intereses. Derrotado y de nuevo prisionero, fue obligado a refugiarse en Perú. Regresó en 1836 al frente de un ejército, con la intención de derrotar a la coalición conservadora en el gobierno. Tampoco le sonrió la victoria y, hecho prisionero, fue deportado a Australia y no pudo regresar a Chile hasta 1814, fecha en que fue concedida una amnistía