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Biografía de Walther Funk

Trakehnen, 1890 - Düsseldorf, 1960

Economista y político alemán. Figura importante de la Alemania nazi, ocupó los cargos de ministro de Economía del Tercer Reich y presidente del Reichbank. Fue uno de los miembros del gobierno nazi que tomó parte en la planificación económica del ataque a la Unión Soviética y a los países del Este, y tuvo un papel muy activo en la confiscación de los bienes de la comunidad judía. Procesado por el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg, fue condenado a cadena perpetua

Walter Funk cursó estudios de Economía en las universidades de Berlín y Leipzig, poco antes de unirse como voluntario al ejército alemán, a comienzos de la Primera Guerra Mundial. A pesar de su afán por servir a la patria, fue descargado de servicio en 1916, ya que se le consideró no apto para llevar a cabo tareas militares. En su vuelta a la vida civil centró sus miras en el mundo editorial, donde logró convertirse, a partir de 1922, en el editor del diario económico y financiero más importante de Alemania, el Berliner Boersen Zeitung.

Funk ya conocía el mundo del periodismo puesto que en 1912, antes de recibir la llamada del deber militar, colaboraba en diferentes periódicos para los que redactaba artículos sobre economía. Además, supo beneficiarse de su enlace matrimonial con una mujer acaudalada en 1920, lo que le abrió las puertas de los más influyentes círculos financieros de la ciudad de Berlín y de toda Alemania

El poder económico que adquirió y, sobre todo, la influencia que en los ámbitos financieros poseía, provocaron que el Partido Nacionalsocialista se fijara en él para integrarlo a sus filas. Funk aceptó de buen grado afiliarse al partido de Hitler y pronto ascendió en el organigrama del mismo al hacerse cargo, en 1930, de su Departamento de Economía. A partir de ese momento se rodeó de la plana mayor del partido y, en el año 1931, el mismísimo Hitler le pidió que fuera su consejero económico personal.

Su cometido principal fue la mediación entre la cúpula del partido y los industriales alemanes, ya que sus contactos en esos círculos eran inmejorables. Con la llegada al poder del partido de Hitler, Funk se ocupó en un principio de la Oficina de Prensa del Reich, responsabilidad ésta que le duró poco, puesto que fue en realidad Goebbels el que se hizo cargo de todo lo relativo a la propaganda del régimen, aunque mantuvo a Funk a su servicio hasta 1938. En ese mismo año sucedió a Hjalmar Schacht al frente del Ministerio de Economía y, el 20 de enero de 1939, ocupó su puesto como presidente del Reichbank. Aunque era el ministro nominal de Economía, tenía que operar bajo la estricta supervisión de Hermann Goering, que había sido nombrado general plenipotenciario para el plan económico tetraanual

A pesar de su cargo y de ser el consejero personal de Hitler, quedó claro que Funk no era excesivamente apreciado por el reducido grupo de colaboradores del dictador, por lo que no ejerció su cargo hasta que no finalizaron las importantes conferencias que establecieron los planes militares nazis. A partir de ese instante, planificó, en materia económica, el ataque a los países del Este.

Funk se encontró con la ventaja de recibir plenos poderes para ordenar y organizar la requisa por parte de las SS de las pertenencias de las familias judías. También participó activamente en la confiscación de bienes en países ocupados, como, por ejemplo, en la apropiación de las reservas de oro del Banco Checo. En cuanto Alemania entró en guerra, se le nombró Jefe Plenipotenciario para la Economía, aunque su actuación siempre estuvo supervisada por Goering

Al frente del ministerio, Funk publicó dos decretos el 27 de agosto de 1939, cuando se iniciaba la invasión de Polonia. Dichos decretos marcaban las pautas económicas que debían seguirse ante el inminente periodo de guerra. En ellos se imponía el racionamiento de los bienes de consumo para la sociedad alemana y se establecía la división de las autoridades económicas regionales.

Apenas tres días más tarde, Hitler, Goering y Lammers sellaron un decreto por el cual se conformaba el Consejo Ministerial para la Defensa del Reich, compuesto por el propio Goering, Funk y Hess, además de otras personalidades. Dicho consejo tenía el deber de actuar como Gabinete de Guerra del gobierno nazi. Por tanto, Funk tuvo pleno conocimiento de los planes de agresión militar de Alemania, puesto que sólo de esa manera pudo hacer una planificación económica. Como es obvio, tales planes sólo podrían ser desarrollados si estaban sincronizados con una economía y financiación que los complementara.

En esa época, llegó a afirmar en diversos escritos que la anexión de Austria era una necesidad imperiosa, tanto política como económicamente, para lograr la expansión del dominio nazi por toda Europa. De la misma manera, en una carta personal que dirigió a Hitler el día 25 de agosto de 1939, le expresaba su agradecimiento por dejarle participar en los eventos que se estaban produciendo en esos días, así como por aprobar sus planes de financiación. La misiva concluía prometiendo fidelidad eterna al Führer

A partir del año 1941, Funk centró su actividad en preparar la financiación económica de la invasión de la Unión Soviética. Para poder cumplir esta misión, inició sus contactos con Rosenberg. Ambos intentaron prever los problemas económicos que supondría, tanto para las tropas destacadas como para la población alemana, el inminente asalto a la Unión Soviética. Tras las primeras reuniones, Funk decidió nombrar a Schlotterer como su representante personal, puesto que a él le era imposible reunirse diariamente con Rosenberg

En mayo de 1945 Walter Funk fue hecho prisionero por las tropas aliadas estadounidenses y, el 29 de agosto de ese mismo año, acusado ante el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg. En su defensa se describió a sí mismo como un hombre sin importancia dentro del aparato nazi, al que no se le permitía participar en las grandes decisiones del régimen. Esta calificación fue incluso corroborada por el propio Goering, que lo tildó de subordinado insignificante.

A pesar de estos testimonios, la corte le encontró culpable de crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, por lo que el 1 de octubre fue sentenciado a cadena perpetua. Sin duda esta apariencia de hombre sin importancia dentro del gobierno fue lo que le salvó la vida. Ingresado en prisión desde ese momento, fue puesto en libertad el 16 de mayo de 1957

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(Cornelia Caroline Funke; Dorsten, Westfalia, 1958) Escritora alemana de literatura infantil y juvenil. Autora de ventas millonarias en todo el mundo, con frecuencia se la ha comparado con la escritora británica J. K. Rowling, autora de la saga de Harry Potter.

Cornelia Funke llegó tardíamente al mundo de la literatura infantil y juvenil. Estudió en la Escuela de Diseño de Hamburgo y desarrolló su actividad profesional en los ámbitos de la pedagogía y la ilustración gráfica. Después de trabajar como educadora infantil y social, su afición por el dibujo la llevó, a los veintiocho años, a realizar las primeras ilustraciones para libros destinados al público más joven. En palabras de la propia autora, el aburrimiento que le provocaban los textos de las historias a las que tenía que dar vida en forma de ilustraciones la animó a escribir sus propios relatos. Fue así como, a los treinta y cinco años, vivió su bautismo como escritora.


Cornelia Funke

Funke ha tenido siempre una desbordante imaginación (desde pequeña soñó con ser astronauta, piloto e incluso mujer de un jefe indio, según ha explicado ella misma en numerosas entrevistas), pero lo que siempre la ha obsesionado ha sido la idea de poder dedicarse profesionalmente a aquello que realmente la hiciera feliz. Esa imaginación y esa obsesión culminarían en la Funke contadora de historias

La experiencia como ilustradora le resultó de gran utilidad en el inicio de su andadura literaria, ya que las historias que imaginaba se complementaban a la perfección con los dibujos que creaba, lo que dotaba de mayor fuerza a sus libros. La habilidad para describir paisajes, ambientes y personajes a través de las ilustraciones, y una narrativa que mezcla con sabiduría realidad y ficción y donde la fantasía y la magia ocupan un lugar predominante, la hicieron conectar fácilmente con el público juvenil. Funke ha defendido siempre que la literatura para jóvenes no está reñida con los grandes tomos de muchas páginas ni con los personajes oscuros ni las tramas complicadas, aderezadas con nombres y palabras difíciles

El éxito de sus novelas demostraba la madurez de los lectores más jóvenes, que en los últimos años habían convertido la literatura juvenil en un fenómeno de ventas, una tendencia en la que habían tenido mucho que ver las sagas El señor de los anillos y sobre todo Harry Potter, esta última de la escritora británica J. K. Rowling, con la que, casi inevitablemente, se la suele comparar; no en vano, a menudo se la conocía con el apodo de la Rowling alemana. “Admiro lo que ha hecho por el libro y la lectura, y me honra que me comparen con ella”, sostuvo la autora cuando se le preguntó al respecto durante la presentación de la edición en español de Mundo de tinta en la Feria del Libro de Madrid (junio de 2008), donde su presencia suscitó gran expectación: no paró de firmar ejemplares

Si bien la autora ya gozaba de gran popularidad en su país, el primer éxito internacional le llegaría a raíz de la publicación, en el año 2000, de la novela de aventuras e intrigas El señor de los ladrones, protagonizada por Próspero y Bonifacio y ambientada en Venecia. A este primer superventas le seguiría el de la trilogía Mundo de tinta, formada por las novelas Corazón de tinta (2003), de la que se venderían más de 4,5 millones de ejemplares en todo el mundo, Sangre de tinta (2005) y Muerte de tinta (2007). Esta trilogía la consolidaría como fenómeno editorial y la convertiría, a la postre, en una de las 100 personas más influyentes del mundo, según la revista Time.

Como en el caso de Rowling y su exitosa saga, la trilogía de Funke también sería llevada al cine. En 2008 se estrenó Corazón de tinta, la primera entrega. La escritora alemana se implicó totalmente en la versión para la gran pantalla, hasta el punto de escoger la productora (Newline Cinema, responsable de las películas de El señor de los anillos) y de decidir que el papel protagonista lo encarnara el actor Brendan Fraser, al ajustarse a las características del personaje creado por su imaginación. La película, estrenada a finales de 2008 en Reino Unido y Alemania, contaba también en el reparto con la oscarizada actriz Helen Mirren

Además de esta trilogía, la obra de Funke cuenta con numerosos éxitos comerciales, como en el caso de El jinete del dragón, o el ya citado El señor de los ladrones. Muy conocidas son también sus series protagonizadas por Hugo (2002-2003) o por las “gallinas locas” (2005-2007), además de títulos como Cuando Papá Noel cayó del cielo, Igrain la valiente, ¡Apártate de Mississippi!, No hay galletas para los duendes, Dos brujitas salvajes, El capitán Barbaspín y su cuadrilla o Potilla y el ladrón de gorros. En total, la bibliografía de Funke comprende una cuarentena de libros, que han sido traducidos a más de treinta idiomas. Sus obras han recibido numerosos premios, sobre todo en Alemania (Corazón de tinta fue galardonado en 2004 como el mejor libro de literatura juvenil) y en Estados Unidos, donde la autora goza de un gran reconocimiento.


Fotogramas de Corazón de tinta (2008),
basada en la obra de Funke

Admiradora de Charles Dickens y de Mark Twain, la escritora alemana no aseguró haber cerrado la trilogía que finalizaba con la publicación de Muerte de tinta, y dejó en 2008 la puerta abierta a una cuarta entrega que estaría protagonizada por Orfeo, uno de los personajes malvados de la misma. Pero antes debería finalizar cuatro libros que tenía en espera, uno de ellos sobre una historia de fantasmas en Inglaterra y otro provisionalmente titulado Atrevido, que la autora definía como una novela de fantasía al estilo de los cuentos de los Hermanos Grimm.

La obra de Funke ha sido llevada al cine y al teatro en diversas ocasiones. Además del estreno de Corazón de tinta en 2008, en 2009 llegó también a las pantallas Die Wilden Hühner und das Leben, tercera entrega cinematográfica de la serie protagonizada por la pandilla de las “gallinas locas”. El cine alemán también fue responsable de los títulos Die Wilden Hühner (2006), El príncipe de los ladrones (2006), adaptación cinematográfica de El señor de los ladrones, Hände weg von Mississippi (2007) y Die Wilden Hühner und die Liebe (2007). Por último, El jinete del dragón tuvo una versión teatral. En el ámbito personal, Funke abandonó Alemania (vivía cerca de Hamburgo) en 2005 y fijó su residencia en Los Ángeles, California, junto a sus dos hijos, Ben y Anna, que le han servido de inspiración para alguno de sus personajes, y su marido, Rolf, que moriría de cáncer en 2006

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