Pintor español. Se desconocen los orígenes de este pintor, el principal de los activos en Castilla durante el siglo XV. Su apellido ha hecho suponer a algunos estudiosos que era gallego, dada la costumbre de la época de apellidar a los artistas por su lugar de procedencia. Se cree que se formó en los Países Bajos como alumno de Dierik Bouts o bajo la influencia de su obra.
Trabajó sobre todo en Salamanca, ciudad en la que se conserva la obra cumbre de su carrera: la bóveda de la biblioteca de la universidad, en la que el artista reprodujo un cielo estrellado con los signos del zodíaco, temática inusual en su tiempo. Previamente, por encargo del cardenal Juan de Mella, había pintado el retablo para la capilla de San Ildefonso de la catedral de Zamora, obra así mismo de gran originalidad.
Su firma aparece también en el retablo de Toro, una pieza desmembrada en la actualidad en la que se aprecia el estilo de Gallego, a base de figuras poderosas, de grandes dimensiones y escasa expresividad, aunque con mayor tendencia al aspecto amable y distendido que a la tensión dramática. Fue mejor dibujante que colorista, por lo que sobresalió en la representación de la figura humana y también en el drapeado, que en ocasiones adquiere un aspecto casi escultórico. Una obra menor es el tríptico de La Virgen, san Andrés y San Cristóbal para la catedral nueva de Salamanca. Pese a su producción relativamente escasa, ejerció gran influencia en la pintura de su tiempo y tuvo muchos seguidores, entre ellos Francisco Gallego, probablemente familiar suyo
(Zamora, 1777-Madrid, 1853) Escritor español. Sacerdote de ideas liberales, escribió las odas A la defensa de Buenos Aires (1807) y Al dos de mayo (1808). Fue diputado en las Cortes de Cádiz y sufrió cárcel. Son notables también su elegía A la muerte de la reina de España, doña Isabel de Braganza (1819) y sus sonetos y romances neoclásicos. Tradujo Los novios de Manzoni (1836-1837)