Poeta español. Representante de la corriente clasicista de posguerra, su obra realza los valores estéticos e intemporales de la poesía. Estudió periodismo y fue uno de los fundadores de la revista Garcilaso. Aparecida en 1943, esta publicación congregó a un grupo de jóvenes autores que, frente a la poesía social y a las tendencias surrealistas, defendieron un frío neoclasicismo de gran perfección técnica, en el que predominaban los temas amorosos, religiosos o paisajísticos sin rastro alguno de compromiso político o vanguardismo.
Su ideología conservadora se manifestó en su primer libro, Víspera hacia ti (1940), cuya belleza formal se apoyaba en un dominio absoluto de la métrica y la rima. Con la publicación de Poesía (1943), continuó explorando su garcilasismo, aunque la frialdad inicial fue sustituida por un mayor apasionamiento, y la rigidez estrófica se dulcificó por medio de la introducción del verso libre y de algunos metros populares.
Esta tendencia se acentuó en libros como Tregua (1951), en el que exploró nuevos territorios imaginativos y retóricos sin abandonar sus concepciones de pureza y refinamiento. Este enfoque, puesto al servicio de un ferviente humanismo de signo católico que tiene al individuo, la tierra y Dios como principales protagonistas, continuó en sus libros posteriores, entre los que destacan La red (1955) y La hora undécima (1963).
Acusado de dar la espalda a la problemática derivada de la Guerra Civil y de cultivar una lírica escapista, el autor respondió con el volumen Memorias y compromisos (1966), donde declaraba haber sufrido también cárcel y persecución pero insistía en la necesidad de restañar las viejas heridas. De su obra siguiente cabe mencionar Hablando solo (1968), Los cristales fingidos (1978), Galiana (1986) y Carta a la madre (1988). Al ingresar en la Real Academia Española (1982) pronunció un discurso en verso titulado "Nuevo elogio de la lengua española". En 1996 recibió el premio Cervantes
( San Sebastián, 1920) Pintor y grabador español. Fue uno de los componentes de la Joven Escuela de Madrid en la década de los cuarenta. Su pintura, tras una primera etapa postimpresionista y fauvista, desembocó a finales de los cincuenta en un expresionismo de líneas hirientes, volúmenes rotundos y colores estridentes, con cierto acento esperpéntico pero de una innegable calidad pictórica