Compositor italiano. Durante su infancia recibió lecciones de piano y órgano, y en 1905 se trasladó a Turín, donde estudió violonchelo, piano, armonía, órgano y contrapunto en el Liceo Musical de la ciudad. Recibió clases particulares de composición de Giovanni Cravero y de M. E. Bossi en el Liceo Musical de Bolonia, donde consiguió su diploma en 1911.
Tras un periodo de once años (1909-20) en el que intentó desarrollar su carrera como director orquestal siendo director asistente del Teatro Regio de Turín, volvió a la docencia en la Escuela municipal de canto coral y después en el Liceo musical de esta misma ciudad, transformado en Conservatorio en 1935. Allí se mantuvo en contacto con las principales figuras de la vida musical turinesa: Alfano, Della Corte y R. Giani. A continuación impartió clases en el Conservatorio de Parma en el periodo comprendido entre 1938 y 1941. En 1951 se hizo cargo de la dirección del Conservatorio de Milán, puesto que ocupó hasta 1962. También fue asesor del Teatro de la Scala de dicha ciudad
Ghedini fue un estudioso de la polifonía italiana del siglo XVI, lo que le llevó a realizar transcripciones de obras de Monteverdi y Gabrieli entre otros. A partir de la década de los treinta empezó a dar a conocer sus composiciones, en un primer momento centradas en la música vocal. Algunos de los elementos de sus primeras obras van más allá del estilo de Pizzetti o Ravel, pero es en los aspectos tímbricos en los que su obra resalta especialmente.
La partitura que le hizo destacar como compositor moderno fue la pieza orquestal Architetture, escrita en 1940. Se trata de una serie de “edificios sonoros” con clara influencia de Igor Stravinsky. Ghedini fue además un importante autor de música escénica. Buena muestra de ello son sus óperas Maria d´Alessandria (1936), Re Hassan (1939) y Le baccanti (1948), o las menos célebres La pulce d´oro y Billy Budd.
(Adhemar Martens, llamado Michel de Ghelderode; Ixelles-Bruselas, 1898-Schaerbeek, 1962) Dramaturgo belga en lengua francesa. En su obra, explora la condición humana en todo su horror y crudeza. Sus principales dramas son Imágenes de la vida de San Francisco de Asís (1927), El ladrón de estrellas (1932) y, sobre todo, La balada del gran macabro (1934)