Inventor estadounidense. Fascinado desde niño por la idea de los viajes espaciales, mientras estudiaba en el instituto diseñó los principios de un sistema de transporte en un tubo de vacío donde los vehículos viajarían impulsados gracias a la acción de electroimanes. En 1908, la Universidad Clark de su ciudad natal le permitió instalarse en un pequeño laboratorio, donde Goddard fue el primero en demostrar que el empuje y la propulsión podían tener lugar en el vacío, y posteriormente, en desarrollar un motor de combustible líquido (oxígeno y gasolina) que, en 1926, consiguió elevar brevemente un pequeño cohete. Gracias al apoyo financiero de instituciones como el Smithsonian o el Guggenheim Fund y de personalidades como Charles Lindbergh, Goddard pudo disponer de mayores medios y contar con unas pequeñas instalaciones en Roswell, donde trabajaría incansablemente en una constante búsqueda de mayor velocidad y altura. Desarrolló también la técnica de cohetes de fases múltiples, e ideó el arma contracarro conocida como bazuka
(San Juan de Puerto Rico, 1882 - Barcelona, 1936) Militar español. A los catorce años inició sus estudios militares en la Academia de Infantería. Su ascenso en el escalafón de mandos fue vertiginoso, llegó a Capitán de Estado Mayor en 1905, cuando contaba veinticuatro años. Su carrera militar se desarrolló en los destacamentos españoles de Marruecos, donde tomó parte en el desembarco de Alhucemas. Sus brillantes campañas en África le valieron el ascenso a General en 1926 y su nombramiento como Jefe del Estado Mayor del Ejército de África por el general Sanjurjo. Participó en las reuniones de Rabat con los representantes franceses para decidir el futuro de Abd-el-Krim.
Goded ofreció todo su apoyo al establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera. A pesar de esto, en los momentos críticos de la dictadura no tuvo reparos en intrigar contra el general al que había ayudado a encumbrar. Esta traición hizo que fuera sancionado y colocado en situación de disponible. La llegada de la República supuso un reconocimiento de los méritos y cualidades que Goded había atesorado durante su vida castrense. El presidente Azaña, a pesar de no estimarlo, lo nombró Jefe del Estado Mayor Central del Ejército.
Goded no duró mucho tiempo en este cargo, ya que fue relevado a consecuencia de sus enfrentamientos con el coronel republicano Mangada. Participó de forma decisiva en los sucesos de la llamada sanjurjada, por lo que de nuevo se le colocó en situación de disponible. En octubre de 1934, Goded, junto con el general Franco, fue requerido por el gobierno de Gil Robles para reprimir la revolución de Asturias. Los méritos atesorados gracias a esta actuación le valieron el cargo de director general de Aeronáutica y de la III Inspección del ejército
La victoria electoral del Frente Popular en febrero de 1936 le lanzó decididamente a la conspiración contra el gobierno legítimo. Fue nombrado comandante general de Baleares con el fin de alejarle de la capital. El 19 de julio de 1936, al día siguiente de producirse el levantamiento militar, Goded se pronunció en Mallorca casi sin oposición, deteniendo al gobernador civil de Palma. Su misión dentro de la conspiración militar era trasladarse a Barcelona para ponerse al frente de la IV División Orgánica.
Goded tomó un hidroavión que le condujo a la Ciudad Condal, acompañado de algunos oficiales y de su hijo Manuel. El avión amerizó en la Aeronáutica Naval de Barcelona y Goded se dirigió a la Capitanía General para proclamar el alzamiento. Allí arrestó y destituyó al general Francisco Llano de la Encomienda, jefe de la citada división. Pero a partir de ahí los planes no discurrieron como se había proyectado: las tropas de Goded tuvieron que rendirse a la resistencia popular de las milicias anarcosindicalistas. Fue un duro golpe para sus aspiraciones que la Guardia Civil de Barcelona no secundara el levantamiento y siguiera leal al gobierno de la Generalitat catalana.
El pueblo de Barcelona asaltó el edificio de la Capitanía General donde se refugiaba Goded y lo detuvo y llevó ante el presidente catalán. Éste obligó a Goded a dirigirse por radio a la población reconociendo el fracaso del levantamiento en Cataluña y su rendición. Inmediatamente, el 11 de agosto de 1936, fue sometido a consejo de guerra y condenado a muerte. Al día siguiente, Goded murió fusilado en los fosos del castillo de Montjuich