Compositor francés. Sus primeros pasos en el mundo de la música estuvieron guiados por su madre, excelente pianista. Alumno del Conservatorio de París desde 1835, en 1839 le fue concedido el prestigioso Gran Premio de Roma, lo que le permitió proseguir sus estudios en la capital italiana. Allí descubrió la música de los antiguos maestros polifónicos, en especial la de Palestrina, la cual iba a ejercer una profunda influencia sobre su producción religiosa. De regreso en París, Gounod centró su actividad compositiva en la ópera, con títulos como Safo (1851), Fausto (1859), su obra más conocida, Mireya (1864) y Romeo y Julieta (1867), que fue alternando con la creación de música sacra (Misa de Santa Cecilia, de 1855). El refinamiento y la inspiración de sus melodías, junto a la calidad de su escritura orquestal, hacen de sus obras las más apreciadas y representativas del repertorio galo anterior a la aparición de Bizet y Massenet
(Versalles, 1783-París, 1852) General francés. Sirvió a las órdenes de Napoleón, acompañándole en su destierro a la isla de Santa Elena. Bajo el dictado de Napoleón, escribió dos volúmenes de sus Memorias (1822 y 1823)