Filósofo francés. Tras hacerse sacerdote, restauró el Oratorio en Francia (1852). Es autor, entre otras obras, de Catecismo social (1848), Del conocimiento de Dios (1853), Del conocimiento del alma (1858) y Los sofistas y la crítica (1868)
(Jacinto Grau Delgado; Barcelona, 1877 - Buenos Aires, 1958) Autor dramático español. Opuesto a las modas teatrales de su época, introdujo en sus obras las propuestas de autores como L. Pirandello y M. Maeterlinck. Trabajó como diplomático para el gobierno republicano y al término de la Guerra Civil española se trasladó a Buenos Aires. Aunque publicó primero una novela, Trasuntos (1899), posteriormente se dedicó de lleno al teatro.
Su principal propósito fue huir de la trivialidad de la escena burguesa de su tiempo, dominada por el decorativismo modernista que recuperaba mitos clásicos y medievales. Espíritu selecto e inquieto, su obra parte del modernismo para enlazarse luego con las fuentes tradicionales, que renueva con un sentido original y moderno, tanto en el contenido como en la técnica. El teatro de Jacinto Grau es personalísimo, excepcional. Esto ha determinado la escasa atención que ha merecido en España, en unos tiempos en que el país vivía artísticamente con pocas inquietudes.
Los éxitos de Grau se han producido en el extranjero, sobre todo en Buenos Aires y en París, donde triunfó, en el "Atelier", El señor de Pigmalión (1930), una de sus obras más características. Otra de las causas de aquella desatención es la expresión casi nunca completamente lograda de este teatro, lo que hace que mejore al ser traducido. Pero la hondura y originalidad del fondo compensan con creces aquel defecto.
El conde Alarcos (1917), sobre un tema del romancero, ofrece un cuadro impresionante por la fuerza del conflicto en los choques pasionales. Conseja galante es una fina y poética farsa de espíritu modernista. En Entre llamas (1915) se da una tragedia cruda que desagradó al público español. Don Juan de Carillana (1913) y El burlador que no se burla (1930) presentan la figura legendaria de Don Juan; en la primera, en una estilización modernista y como concesión a una moda, y en la segunda en forma muy original como fuerza primaria y eterna, sin romanticismos.
Otras obras suyas fueron El hijo pródigo y El mismo daño. Jacinto Grau es sin duda la figura más substantiva y nueva del teatro español del primer cuarto de siglo. También escribió los ensayos Unamuno y la angustia de su tiempo (1943), y Don Juan en el tiempo y en el espacio (1954)