Rey de Prusia (1861-1888) y emperador de Alemania (1871-1888). Segundo hijo de Federico Guillermo III de Prusia y de la reina Luisa, recibió formación militar desde su niñez. La ocupación francesa de su patria en 1806 le causó verdadera conmoción, de modo que al estallar la rebelión en Prusia Oriental seis años más tarde no dudó en participar en ella a pesar de su juventud.
En 1813, cuando su padre declaró la guerra a Francia, intervino en ella y colaboró en la reconstrucción de Prusia. Durante el reinado de su hermano Federico Guillermo IV actuó con dureza para sofocar la insurrección republicana de Baden de 1849, y al año siguiente mostró su disgusto ante la indecisión del monarca a la hora de unificar Alemania excluyendo a Austria, lo cual permitió que este país obligara a Prusia a la retirada de Olmütz.
La locura de su hermano en 1858 le dio la regencia y allanó el camino para su coronación en 1861. Partidario de una monarquía fuerte, emprendió inmediatamente una profunda reorganización del ejército con el objetivo de hacer realidad la realpolitik, el proyecto de unidad alemana. El Landtag, el parlamento bicameral, no aprobó las partidas presupuestarias necesarias para su financiación, pero Bismarck, su nuevo canciller, hizo caso omiso tanto del voto parlamentario como de las protestas de la oposición y llevó adelante los planes.
Después de la guerra de los Ducados (1864-1865), autorizó, no sin reparos, la guerra contra Austria, que fue derrotada en Sadowa. Tras la victoria militar, se anexionó los estados de Schleswig, Holstein, Hannover, Hesse electoral, Hesse-Nassau y Frankfurt, logró el apoyo de otros en el seno de la Confederación Alemana del Norte y firmó alianzas militares con los estados del sur.
Aun así, el rey no se mostró favorable a la idea de su primer ministro de provocar la guerra con Francia y consintió en retirar la candidatura al trono español de Leopoldo de Hohenzollern, propuesta que constituía el principal punto de tensión. Sin embargo, Bismarck, decidido a no cejar en sus propósitos, modificó los términos del telegrama real, ardid que ocasionó el estallido del conflicto franco-prusiano en 1870. Después de una fulgurante campaña, las tropas prusianas vencieron a las francesas en la decisiva batalla de Sedán y ocuparon París.
Eliminados los obstáculos externos, se consumó la unidad de Alemania bajo la hegemonía de Prusia y Guillermo I fue coronado emperador en Versalles el 18 de enero de 1871. Nació de este modo una gran potencia económica, en cuyo interior el monarca debió afrontar los avances del socialismo y la creciente radicalización de las masas obreras.
Apoyó a su canciller en la sanción de leyes sociales proteccionistas que tendían a debilitar la influencia de los socialistas, contra quienes se dictaron duras medidas represivas que no impidieron su crecimiento entre el electorado. Pronto también se vio enfrentado a la Iglesia Católica, a raíz de las leyes laicas y el kulturkampf que impulsaba Bismarck, hasta que logró de éste actitudes más moderadas.
En política exterior, advirtió el peligro que suponía el establecimiento de alianzas militares que consolidaban la paz armada en el continente y hacían de éste un verdadero polvorín. Sin embargo, la dinámica expansionista en la que había entrado Alemania de la mano de Bismarck le indujo a firmar, en 1872, la alianza de los tres emperadores, que al deshacerse siete años más tarde, cuando los intereses germanos y austríacos chocaron con los rusos en los Balcanes, fue sustituida por la Dúplice alianza Austroalemana, coalición a la que también se sumó Italia en 1882
(Falaise, actual Francia, h. 1028-Ruán, id., 1087) Rey de Inglaterra (1066-1087) y duque de Normandía con el nombre de Guillermo II (1035-1087). Hijo natural del duque Roberto I de Normandía, llamado el Diablo, fue reconocido como heredero por su padre antes de partir hacia Tierra Santa, donde encontró la muerte (1035). La presencia de un niño bastardo al frente del ducado normando, no obstante, no fue bien acogida por buena parte de la nobleza feudal ni por sus propios parientes, razón por la que, a lo largo de su minoridad, se sucedieron las rebeliones nobiliarias que sumieron a Normandía en la anarquía, ante la incapacidad de los tutores del pequeño duque de hacerse con el control de la situación.
En 1046, Guillermo decidió sofocar personalmente una nueva sublevación de la nobleza y, con la ayuda de las tropas del rey Enrique I de Francia, su señor feudal, venció a los rebeldes en la batalla de Val-des-Dunes, lo cual le permitió imponer su autoridad en el ducado (1047).
Sin embargo, la amistad con Enrique I, se truncó pronto, a causa del matrimonio de Guillermo con Margarita de Flandes, que hizo temer a Francia una alianza entre Normandía y Flandes. Inquieto por el creciente poder del duque, el monarca francés lo atacó en varias ocasiones, aunque fue derrotado en Mortemer (1054) y Varaville (1058). Además, Guillermo tuvo que hacer frente al intento de invasión de Godofredo Martel, conde de Anjou, a quien el normando acabó por arrebatar el condado del Maine (1064).
En 1066, la muerte sin herederos del rey Eduardo I de Inglaterra, llamado el Confesor, proporcionó a Guillermo la oportunidad de optar al trono inglés, ya que el difunto monarca le había nombrado sucesor años antes (1051). A pesar de esta designación, una rápida maniobra permitió al conde Harold de Essex, cuñado de Eduardo el Confesor, coronarse rey ( Harold II).
En defensa de sus derechos sucesorios, Guillermo se apresuró a reunir un gran ejército para conquistar Inglaterra, no sin antes conseguir la bendición papal y asegurarse la neutralidad del emperador Enrique IV. Tras desembarcar en Pevensey, el entonces duque de Normandía derrotó y dio muerte a Harold II el 14 de octubre de 1066, en la batalla de Hastings, victoria que le permitió entrar en Londres y ceñir la Corona de Inglaterra en Westminster el día de Navidad de aquel mismo año.
La implantación de la nueva dinastía real inglesa integró al país en el Occidente europeo, dado que su monarca era vasallo del rey de Francia, provocó la sustitución de los funcionarios sajones por normandos e introdujo un sistema feudal férreamente controlado por la autoridad real, lo que convirtió a Inglaterra en el Estado mejor organizado de Europa.
Sometidos los territorios de la otra orilla del canal de la Mancha, Guillermo hubo de enfrentarse con su hijo Roberto, quien, apoyado por el rey Felipe I de Francia, le disputaba el ducado de Normandía y el condado del Maine (1075). En 1086 ordenó la redacción en Inglaterra de una precisa compilación catastral, conocida con el nombre de Domesday Book, a fin de verificar las transferencias de tierras, cuya propiedad estaba esencialmente en manos de la nobleza normanda desde la conquista, y fijar con exactitud los derechos fiscales de la monarquía en todo el país. Un año más tarde, el 9 de septiembre de 1087, Guillermo I el Conquistador moría en Ruán, ciudad que formaba parte del ducado de Normandía